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Cuando los países comenzaron sus independencias, como consecuencia natural comenzaron a aparecer las primeras canciones alusivas a la patria. Pero en ese momento todavía no era ni siquiera un proyecto la letra del autor uruguayo Francisco Acuña de Figueroa, que recién fue entregada a comisionados del gobierno de Paraguay el 20 de mayo de 1846.
Antes de esto, los gobernantes comenzaron a sentir la necesidad de tener canciones alusivas a la hazaña de independencia de nuestro país, por lo que, por orden de las autoridades, comenzaron a aparecer las primeras canciones que homenajeaban a la bandera tricolor y a nuestros héroes.
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Primeras composiciones
Haciendo un breve recorrido por la historia, la primera composición que se puede considerar un himno se conoció en el gobierno del doctor José Gaspar Rodríguez de Francia. Esta canción se llamó Tetã Purahéi, escrita en guaraní y su autor fue Anastasio Rolón.
Luego, durante el gobierno de don Carlos Antonio López, se supo de varias las acciones con el objetivo de dotar al Paraguay de un himno nacional. En 1845, se tradujo el ya conocido Tetã Purahéi al castellano, y fue llamado Himno Patriótico.
Ahondando en los registros históricos, también se conoce la existencia de una canción denominada Himno de la Independencia, cuyos versos completos fueron publicados en el periódico El Paraguayo Independiente.
En este caso no hay certeza de quién es el autor, aunque existen presunciones de que pudo haberlo escrito el propio Carlos Antonio López.
Un presupuesto elevado y un trabajo voluntario
La creación del Himno Nacional que hoy conocemos y entonamos se inició con una petición de don Carlos Antonio López al autor del Himno Nacional argentino, Vicente López. Sin embargo, esta petición fue cancelada, puesto que el mencionado autor solicitó una suma muy alta de dinero.
Ante esta situación, el autor del Himno Nacional de Uruguay, llamado Francisco Acuña de Figueroa, escribió la letra que entregó el 20 de mayo de 1846 a los comisionados del Gobierno del Paraguay que se encontraban en Uruguay. Acuña de Figueroa no quiso cobrar por la letra de su autoría.
Las partituras originales del Himno Nacional se perdieron durante la guerra de 1870. Durante la contienda chaqueña, en 1933, el presidente Eusebio Ayala encargó al músico Remberto Giménez que ajuste los acordes musicales. La versión oficial del himno quedó fijada por un decreto, el 12 de mayo de 1934.