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La Ande pierde cerca de US$ 60 millones al año por cerca de 150.000 conexiones fraudulentas, según estimó ayer la institución estatal. El gerente comercial, Rodys Rolón, aseguró que en Fiscalía ya están presentadas más de 500 denuncias por el robo de energía eléctrica, pero hay “muy pocos condenados”.
Sobre los tipos de sustracción de electricidad, indicó que hay dos clases, los clientes titulares que cometen fraudes de distintos tipos, quienes son multados; y los que sin ser clientes utilizan la energía eléctrica mediante conexiones clandestinas.
Así también hoy en día ya se detectan dos tipos de “ladrones” de energía. En primer lugar están los pobladores de asentamientos precarizados con conexiones clandestinas y actualmente se están incrementando la cantidad de minerías de bitcoin con conexiones fraudulentas.
“Un solo gran cliente (con minería) puede equiparar a dos o tres asentamientos”, estimó. En ese sentido, indicó que esos usuarios están robando energía pero hasta el momento muy pocos han sido encontrados el fragancia cuando se hacen las intervenciones fiscales.
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Sospecha de filtración de datos
En ese sentido, recalcó que el solo hecho de tener equipos de bitcoin no es delito, por lo que se debe encontrar el flagrancia de conexión directa. Aseguró que “evidentemente” los clientes que fueron intervenidos recientemente tenían la información previa y por ende pudieron desconectar todos los cableados.
“Tenemos la misma sospecha pero es complicado evidenciar, no es fácil”, consideró. En cuanto a si están realizando investigaciones internas para determinar qué funcionarios están filtrando la información, dijo que “están en eso, esa es la idea”.