Don Francisco se colocó en primera fila junto a otros familiares del extinto agente fiscal. Fue abordado por varios medios de prensa y con un semblante duro, pero lleno de dolor en su corazón, se refirió a su hijo con palabras maravillosas describiendo a Marcelo, atacado a balazos, el martes último, cuando estaba de luna de miel.

“Me deja ese legado de haber sido padre de un hombre honesto. Que por trabajar de forma honesta, fue barrido, asesinado, ¡qué vamos a hacer!”, expresó, el padre, que participó del acto y marcha de la valentía y el coraje, que se desarrolló en el microcentro de Asunción.

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Alerta del poderío de personas malas

En otro momento dijo: “El mensaje que les puedo dar es que el mal se impone al bien, ¿cómo combatimos eso?, se preguntó, con rabia por los hechos.

Comentó una anécdota que tuvo cuando fue a enseñar a una universidad, donde se estudiaba la carrera de Derecho. Manifestó que se encontró con una mujer a la quien le aseguró que el mal tiene armas poderosamente ilegales, para oponerse al bien.

Aquella mujer le había dicho que el bien era Dios, pero Francisco le refutó reafirmándole que el mal tiene mucho poder. Lamentó que este flagelo también se opone ante mucha gente honesta.

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Resaltó que Pecci era un estorbo por sus investigaciones

“Lo mataron porque le molestaba a la gente bandida y mala”, fue una de sus tantas expresiones en un discurso, cargado de emotividad, y elogios. Aclaró que no quiso entrar mucho en cuestiones políticas, pero “es difícil cuando la narcopolítica se mete”, aseguró.

Pidió que lo recuerden como un patriota, héroe y mártir

“Se ha ganado un lugar en la patria, es un héroe, un martir. Quiero que sea considerado un patriota más, como cualquiera que está en cualquier ámbito”. recalcó, Francisco. Agregó que Marcelo era un chico de oro y muy ordenado.

“Nos deja un legado maravilloso, y eso vamos a tener como consuelo”. Resaltó que no hay que olvidarse de muchos que fueron valientes en la guerra del Chaco y de los que día a día se esfuerzan por ser honestos en un país donde se le debe dar más importancia a la salud y educación.

También, admitió que en todo momento, la familia temía por su vida, y que él lo sabía, pero era valiente. Reconoció que varias veces le dijo que se cambié de unidad fiscal. “Este problema de la droga es un asunto internacional, es difícil de combatirlo por la logística y la mafia”, mencionó el padre.

Parafraseando a San Juan Pablo Segundo, señaló: “Los narcos son mercaderes de la muerte”. Lamentó que la droga dañe tanto a la sociedad.

En un momento se quebró su voz y manifestó: “Papá, si me pasa algo es la voluntad de Dios”.

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