Karu guasu para 1.000 personas en el día de la Cruz

LUQUE. La comunidad de “3 de Mayo” de este distrito está de fiesta. Conmemoran la exaltación de la Cruz con celebraciones eucarísticas, Kurusu Jegua, procesión vehicular, elaboración de chipa y el tradicional Karu Guasu, actividad que vuelve a la modalidad presencial luego de dos años de ausencia física debido a las restricciones a causa del covid-19.

Prepararon 900 unidades de chipa para el tradicional Kurusu Jegua.
Prepararon 900 unidades de chipa para el tradicional Kurusu Jegua.

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Con júbilo, la parroquia “Ñandejára Kurusu” de la compañía 3 de Mayo de Luque, celebra en la fecha el Día de la Cruz. Esta comunidad se destaca por la unidad, y sus pobladores se preparan durante todo el año para brindar diferentes ofrendas en el nombre de la cruz. Desde hace 19 años, la preparación de deliciosas chipas para el Kurusu Jegua y del sabroso tallarín para el Karu Guasu, son las principales actividades que caracterizan la festividad y que atrae a cientos de visitantes. Esta mañana a las 08:00, el párroco de la comunidad, Iván Darío Espínola, celebró la primera misa en el templo y posteriormente se llevó a cabo la procesión vehicular por las calles adyacentes a la parroquia. Esta noche, a las 19:30, el arzobispo de Asunción, Adalberto Martínez, oficiará la misa principal. Luego se rezará la oración a la Cruz que consistirá en invocar 1.000 veces a Jesús.

El padre Iván Espínola dijo que es una gran alegría volver luego de dos años a compartir muy de cerca con la comunidad.

“Vivimos momentos muy difíciles por todo lo que significó la pandemia, pero también fueron momentos de oración, de fe y de esperanza, y este retorno de vivir nuevamente en fraternidad y unidad con la comunidad, el estar juntos y poder compartir todo gracias al Señor, hizo posible que podamos volver a caminar juntos”, indicó el religioso.

Sirvieron más de 1.000 platos de tallarín.
Sirvieron más de 1.000 platos de tallarín.

Agregó además que es digno de resaltar “la unidad y fraternidad” que caracteriza a la comunidad de 3 de Mayo y sobre todo, agradeció que el gran servicio que prestan los voluntarios para hacer posible que la tradición del Karu Guasu y Kurusu Jegua se mantengan vigentes.

“Sin unidad y sin fraternidad no podemos avanzar, no podemos evangelizar. El Señor es el que nos fortalece”, manifestó el sacerdote.

Kurusu jegua, Karu guasu y chipas

La comunidad parroquial de “Ñandejára Kurusu” realizó un arduo trabajo previo organizando la fiesta patronal. Desde hace 19 años, mantienen viva la tradición que les permite compartir entre vecinos y visitantes.

900 chipas para el Kurusu Jegua
900 chipas para el Kurusu Jegua

Kurusu Jegua. Aprovechando el feriado del lunes, varios pobladores como Severiana Villamayor, Florentina Roa, Asunción viuda de González, Fermina Núñez, Miguela Jara, Juana Ángela Benítez, Julia Acosta, Rosa Riveros, Gerardo Solís, Américo Falcón, Blanca Acevedo, Armando Martínez, Elsa Ricardo, Karina Giménez, María Luisa Ruiz Díaz, Javier Aguilar, Ildegarda González, Humberto Helman y Elido Núñez, se reunieron en el predio del templo para preparar la deliciosa chipa. En total, cocinaron 900 unidades de los cuales 300, aproximadamente, fueron utilizadas para el Kurusu Jegua, que consiste en una ofrenda para la cruz. Los organizadores crearon un calvario donde colgaron las chipas con caramelos. En el centro, en una enorme canasta también reposan las chipas que serán repartidas esta noche luego de la misa de las 19:30.

Blanca y Juana dijeron que casi dos décadas atrás apostaron al emprendimiento junto con sus respectivas familias para la preparación de 5 kilos de chipa, que fueron repartidos a los niños, luego de la eucaristía.

Al año siguiente, cocinaron 10 kilos y también ofrecieron un almuerzo y desde entonces, ambas acciones cobraron fuerza con la colaboración de los pobladores.

El Karu Guasu y el Kurusu Jegua tienen 19 años de vigencia en la comunidad.
El Karu Guasu y el Kurusu Jegua tienen 19 años de vigencia en la comunidad.

Karu Guasu. Luego de dos años de ausencia física, hoy en el patio de la parroquia se conjugaron nuevamente todo tipo de emociones. Entre risas y anécdotas, los voluntarios cocinaron desde las 05:00 el tradicional tallarín. Alrededor del mediodía, niños, jóvenes y adultos colmaron las mesas preparadas y fueron servidos más de 1.000 platos. El menú fue acompañado con sopa paraguaya, pan y jugo fresco.

Todos los ingredientes tanto para el almuerzo como para la elaboración de la chipa, fueron donaciones de la comunidad, manifestaron las pioneras de las actividades citadas, Blanca y Juana.

El año pasado, debido a las restricciones a causa de la pandemia del covid-19, los organizadores llevaron el almuerzo al albergue del Hospital General de Luque, durante los 9 días del novenario y en el día propio, también ofrecieron 1.000 platos de comestibles para las familias víctimas del virus.

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