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Se trata de Catalino Leguizamón Sanabria (60), oriundo de la ciudad de Pedro Juan Caballero, quien a inicios de la década de los 90 formaba parte de una estructura criminal que se dedicaba a los asaltos y robos de vehículos, especialmente camionetas todoterreno.
De acuerdo con el relato de los investigadores, Leguizamón salió en libertad hace unos 14 años y se instaló en una casa de 18 Proyectada y Paraguarí, barrio Obrero de la capital del país. Desde hace unos años, el hombre comenzó a dedicarse al comercio, hasta que finalmente se hizo de un vehículo Toyota Funcargo azul, con matrícula HBO 770, en el que distribuía queso y pescado.
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Gracias a sus buenos contactos, Leguizamón pudo acceder al interior de la cárcel de Tacumbú, donde según los allegados efectuaba periódicas entregas de sus productos, como también hacen varios otros proveedores que operan en aquella zona de la capital del país.
En la mañana de ayer, alrededor de las 07:30 salió de su casa para iniciar su jornada laboral como lo hacía a diario, pero desde el momento que tomó la calle a bordo de su vehículo fue seguido por dos sicarios, quienes estaban a bordo de una moto.
Los matones persiguieron a su objetivo por varias cuadras hasta que finalmente en 10 Proyectada e Iturbe se le acercaron por el costado izquierdo y lo mataron a tiros con un revólver, luego escaparon del lugar.
Los agentes sospechan que la víctima pudo haber tenido algún relacionamiento con miembros del clan Rotela en el marco de sus negocios en la cárcel, pero dicho vínculo se rompió por algún problema y los narcos ordenaron su muerte, señalaron fuentes de la Policía.
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Asesinato del comisario
Leguizamón purgó una condena de 15 años por el asesinato del comisario Lorenzo Cáceres, quien era conocido en aquella época como “el superpolicía paraguayo” debido a sus excelentes procedimientos.
El crimen se registró en la mañana del domingo 24 de octubre de 1993 en la zona de Remanso de Mariano Roque Alonso. Según mencionaron, Cáceres era subjefe de la comisaría 10ª Central y esa mañana alrededor de las 10:30 recibieron la denuncia de la presencia de personas sospechosas a bordo de una camioneta en las inmediaciones del cementerio de Roque Alonso, por lo que fueron a verificar.
Cuando los agentes llegaron al sitio, los sospechosos ya se habían marchado, pero minutos después los uniformados recibieron la información de que los mismos sospechosos estaban merodeando en la zona de Remanso. Cuando los patrulleros al mando de Cáceres llegaron al sitio mencionado se toparon frente a frente con los maleantes.
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El comisario bajó de la patrullera y cuando iba a identificar a los ocupantes de la camioneta, estos lo acribillaron y corrieron a pie del lugar. Uno de los atacantes fue detenido en el lugar, en tanto que Leguizamón logró abrirse paso a tiros y se refugió en una urbanización aledaña, donde tiró su arma a un pozo, pero finalmente fue capturado ya en horas de la noche de ese mismo día.
En tanto que el comisario Cáceres fue auxiliado en el lugar y luego derivado en un vehículo particular al Hospital San Jorge, donde expiró horas después, relataron algunos agentes ya jubilados.