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Los familiares de pacientes internados en el Instituto de Previsión Social (IPS) continúan sufriendo de incontables miserias y malos tratos, según denunciaron a ABC. Incluso quieren desalojar a los familiares de los pacientes internados en la Unidad de Terapia Intensiva (UTI). Los afectados apenas ocupan parte de un amplio pasillo del primer piso.
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“No tenemos otro lugar. El albergue no es cómodo y tampoco es seguro, no se pueden dejar las cosas porque hay robos y queda a mucha distancia. El pasillo es muy amplio, pero nos amenazan hasta con policías”, denunciaron los afectados, que por temor a represalias se negaron a dar sus nombres.
Ayer, de manera prepotente el guardia de seguridad Guillermo Vázquez intentó impedir la laborar de una periodista de nuestro medio, alegando que la prensa no tiene permitido ingresar a la previsional sin autorización de sus autoridades.
Elevados gastos de bolsillo
Los familiares que están al cuidado de sus seres queridos en terapia intensiva, denunciaron también que los gastos de bolsillo son elevados.
Según explicaron, el gasto mínimo por día es de entre G. 300.000 y G. 500.000. “Nos piden como mínimo dos cajas de guantes por día, entre otros muchos fármacos que IPS nunca tiene”, denunció una asegurada de Caaguazú, que reclamó también que debe adquirir una cánula de traqueotomía por la que debe pagar G. 2.000.000.
Falta hasta termómetro
El señor Hernán Sánchez, quien desde hace dos meses “vive en el IPS” para estar al cuidado de su hijo, quien se contagio de la bacteria KPC, denunció también la carencia de fármacos.
“Mi hijo estuvo 32 días en UTI, donde tuve que comprar hasta guantes, y ahora está internado en la sala KPC, donde no tienen ni termómetros”, denunció el hombre oriundo de Santaní.
La misma situación padecen los asegurados que están hospitalizados en la sala de urgencias del IPS.
Conforme reclaman los afectados, ante la carencia de fármacos deben comprar desde medidor de azúcar, que tiene un precio promedio de G. 70.000, hasta un tubo de catéter cardiaco, que cuesta poco más de G. 1.400.000, según denunció Vacila Torres, quien está al cuidado de su marido desde hace 12 días.
Dicen además que los médicos le prohíben a los guardias dar informes a quienes están en la zona de urgencias.
“Nos quieren obligar a ir al albergue, pero ese lugar está lleno y no nos enteramos de lo que ocurre con nuestro familiar, porque los guardias avisan a viva voz y no siempre escuchamos porque la casilla del guardia queda lejos de la carpa”, reclamó Vicenta Galeano.
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Reclaman también que en días de lluvia no tienen un lugar donde resguardarse, ya que bajo las galerías de la previsional tampoco pueden estar seguros porque los techos gotean.