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El proyecto de construcción de la Universidad Politécnica Taiwán-Paraguay sigue generando el debate entre ambientalistas, urbanistas, autoridades de la institución y la ciudadanía en general. Tanto así, que mediante la página Change.org, 27.808 personas ya firmaron en contra de la edificación de la sede de la casa de estudios en el Parque Guasú Metropolitano. Los organizadores quieren llegar a 30.000 firmas.
En contrapartida, en la misma plataforma digital se lanzó la petición “Salvemos la Educación de Nuestros Jóvenes”, en favor de la construcción de la sede en el parque, como planificaron autoridades de la universidad. Esta iniciativa hasta la fecha consiguió unas 4.657 firmas de las 5.000 solicitadas.
Si bien la recolección de firmas a favor y en contra de la construcción de la Universidad Taiwán seguirá hasta tanto se defina la ubicación final de la sede, profesionales de la arquitectura y la biología ya dieron sus explicaciones de cómo afectaría al entorno del parque una nueva intervención humana.
Según miembros de la comunidad civil y especialistas en biodiversidad, decir que no a la instalación de un edificio de cuatro niveles, no es en detrimento de la educación, sino en contra de la pérdida de hábitat y biodiversidad.
Un regulador de temperaturas en Asunción
A criterio de la bióloga Sara Escobar, el Parque Guasu, a grandes rasgos permite la oxigenación y refrigeración de Asunción. “Ayuda a mermar y regularizar temperaturas”, indicó. Con respecto a la biodiversidad, agregó que representa una de las pocas áreas donde se puede encontrar al puma “Jagua Rundi”, una especie felina nativa de Paraguay.
Escobar mencionó la presencia de otros mamíferos, como el aguara´i y reptiles. “Un anfibio conocido como Toky Tosyry (melanofrinicus paraguayensis) existe solo en nuestro país y en ecosistemas específicos como el Parque Guasu. Esta especie está caracterizada como vulnerable por la pérdida de hábitat”, explicó.
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Con relación a la población de aves, la bióloga comentó la existencia de más de 200 especies registradas en la plataforma E-Bird.
Sara Escobar manifestó que existe una enorme necesidad de invertir en educación, pero que no afecte las áreas verdes urbanas, debido a que estas mitigan los puntos de calor.
No son simples yuyales
“Hay que dejar de ver a estos espacios como simples yuyales. No hay que modificarlos. Sabemos que no es un área protegida, pero por qué seguir modificando más un espacio con mucha biodiversidad”, finalizó la bióloga.
La Universidad Politécnica Taiwán-Paraguay fue creada a principios de 2018, con cooperación de ese país oriental, que colabora con fondos para pagar docentes taiwaneses y becas a los alumnos para estudiar los últimos años de sus carreras en la universidad Taiwán-Tech.
La casa de estudios se creó, sin embargo, sin una sede fija. Sus autoridades, luego de descartar otros sitios, resolvieron construir un local propio en parte de las once hectáreas ubicadas dentro del Parque Guasu, que para eso les cedió el Ministerio de Defensa.
Un anteproyecto del edificio ya se elaboró, con fondos públicos y los planos y planillas están en la Municipalidad de Asunción, que desde el 2019 no los aprueba ni rechaza.
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En 2019, las clases comenzaron en la universidad dentro del Comité Olímpico Paraguayo, donde Itaipú invirtió G. 1.500 millones en refacciones. Ahora la casa de estudios se va a mudar a un predio militar, cuyas reparaciones, por G. 1.350 millones, se están haciendo con dinero de Fonacide. Con todo, las autoridades de la universidad y sus alumnos insisten en que se construya una sede propia en pleno Parque Guasu, pese a ser este un área de esparcimiento y regufio ecológico.