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El artista contó que cuando era joven se dedicaba a la producción y venta de chipas, pero siempre llevaba con él el arte a donde vaya. Se inició en el mundo de la pintura en Misiones, Argentina, donde vendía chipas a los estudiantes de la zona, fue así que un día se animó y preguntó a uno de los profesores de la Escuela de Artes, Pinturas y Manualidades si no le podrían permitir ser su secretario y el docente se lo permitió.
Luego pudo acceder a un concurso de pintura, en la cual logró obtener el primer puesto con una beca para realizar sus estudios de perfeccionamiento en el oficio en Buenos Aires.
“Nunca dejes de dibujar”
Entre sus anécdotas, recuerda que cuando era pequeño sus maestras se sorprendían por su capacidad para dibujar y que un día lo llevaron hasta la dirección por ello, “Pensé que había hecho algo malo pero era para mostrarles mis dibujos a los directores. Ese día mi maestra me dijo nunca dejes de dibujar y nunca me olvido de eso” indicó Núñez.
Lo particular de su trabajo es que solo necesita de una foto para impregnar su arte y eso es lo que lo caracteriza y hace que muchos soliciten los retratos.
El Sr. Ricardo mencionó que es muy difícil vivir del arte en el Paraguay, porque la gente a veces no quiere valorar el trabajo. Sin embargo, mencionó que él ha logrado posicionarse por su sacrificio y perseverancia.
El pintor también plasmó su arte en un mural ubicado al costado de la Basílica, donde a través de su arte representa las tradiciones, costumbres y símbolos emblemáticos de la ciudad.
Así también, hoy en día el artista comparte su arte con niños y jóvenes que deseen aprender, enseñándoles técnicas de pintura en un local que se encuentra frente a la gobernación de la ciudad. Finalmente, resaltó que es muy importante valorar y apoyar a los niños que deseen aprender mucho más y prometió que él brindará lo mejor de su conocimiento a sus alumnos.