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Los agentes económicos consultados por el Banco Central del Paraguay (BCP) en la Encuesta de Variables Económicas (EVE) para el presente mes, prevén una mayor inflación por lo que ajustaron sus proyecciones desde 6,4% a 7% para fin del 2022. El ajuste obedece a la fuerte presión inflacionaria que se recoge desde el rubro de combustibles y alimentos, principalmente. Todavía hay incertidumbre en el mundo por el conflicto entre Ucrania y Rusia, lo que está presionando al alza de los precios a nivel global, esto en medio de un contexto de recuperación o reactivación de la economía mundial tras el impacto de la pandemia.
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Para el mes en curso, la expectativas de inflación es de una variación del 0,5%, superior a la registrada en el mismo mes del año pasado (0,2%), pero inferior a la del mes anterior (1,0%). Para mayo de 2022, los agentes también esperan una inflación mensual de 0,5%, de acuerdo con los resultados de la encuesta.
Itaú Macro también proyecta que suba de precios persistirá
Por su parte la consultora brasileña Itaú Macro Latam revisó su pronóstico de inflación para fines de 2022 a 6,5% desde 6,0%, del mes anterior, en medio de una alta inflación en el primer trimestre del año, según se desprende del informe correspondiente al presente mes. Las presiones inflacionarias impulsadas por los altos precios de las materias primas se ven parcialmente mitigadas por los precios más bajos de la carne, una moneda más fuerte de lo que esperábamos anteriormente y una ampliación de la brecha del producto. En términos interanuales, la inflación general aumentó a 10,1% en marzo.
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En este contexto y ante una suba de tasas mayor a la esperada en la última reunión de política monetaria, Itaú Macro también ajustó su proyección de la tasa de política a 7,25% para fin de 2022, frente a 6,50%, del escenario anterior y para el 2023, esperan que las tasas de interés bajen en línea con una inflación más baja.
En cuanto al PIB, el pronóstico de Itaú se mantiene en una contracción del -1,7% con un déficit fiscal de 3,8% del PIB, en comparación con la meta de déficit fiscal incluida en la ley de presupuesto para 2022 de 3,0%. La actividad económica débil y las presiones salariales debido a la alta inflación apuntan a riesgos de un déficit más pronunciado y caída del PIB, según el informe.