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Además de las incontables carencias y precariedades que el asegurado encuentra en la cobertura médica del Instituto de Previsión Social (IPS), la atención a los familiares del enfermo hospitalizado es otro de los grandes inconvenientes que la previsional no sabe cómo solucionar.
Apilados frente a las salas de internación del área de urgencias, quienes llegan acompañando a un ser querido deben tolerar los malos tratos, así como también conformarse con pasar el día y la noche en algún rincón del patio, ante el temor de ser solicitados por los médicos en cualquier momento.
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Esta penosa y humillante situación es un prolongado inconveniente que la previsional no sabe cómo o, simplemente, no quiere solucionar, obligando al guardián del paciente enfermo a padecer incontables incomodidades en el afán de cuidar de un ser querido.
“Estoy acá hace cuatro días, durmiendo como se puede. En el albergue solo hay 10 lugares según los guardias. Hay personas de edad que si van al albergue no pueden estar corriendo para llegar hasta este lugar (área de urgencias). Queda muy lejos y hay que estar corriendo a diario para comprar medicamentos que el IPS no tiene”, lamentó doña Alicia, quien, sentada en una incómoda silla, relató a ABC los gastos diarios que representa la falta de fármacos en el hospital.
Según denunció la mujer, el IPS está carente de hasta los medicamentos más básicos, relacionados, por ejemplo, con la presión arterial.
Así como ella, un centenar de personas deben pasar la noche a la intemperie, ajustándose al calor insoportable del verano, al algente clima del invierno y al vendaval de los días de intensa lluvia.
Albergue sin lugar y alejado
Consultado sobre las denuncias y pesares de los asegurados de la previsional, el doctor Oscar Franco, director médico del Hospital Central del IPS, indicó a ABC que se está tratando de ajustar la comunicación entre el trabajador de la salud y los familiares, para que estos puedan estar más cómodos y con la seguridad de que sus seres queridos serán bien atendidos.
“Estamos viendo que hay un corte, aparentemente, de comunicación entre el trabajador de la salud y el familiar. Estamos corrigiendo eso, porque lo que se estipuló desde noviembre (último) cuando la carpa (del albergue) se mudó a ese sitio, era que todo iba ser a través de los guardias de seguridad”, señaló el médico.
“Es decir, el trabajador de la salud le pide al guardia que le avise a los familiares de la carpa que se le está necesitando. Ese es el mecanismo que vamos a ajustar nuevamente ahora, porque así fue estipulado desde el inicio. Estamos corrigiendo el procedimiento con todos los implicados”. añadió el director.
Problemática es una “cuestión social”
El cuidado de un enfermo a veces requiere del sacrificio de personas de edad avanzada, que al verse solas en la situación de tener que velar por la salud de su ser querido, deben pasar por innumerables situaciones no aconsejadas para una persona mayor o con problemas de salud.
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El doctor Franco sostuvo que esa problemática es una “cuestión social” y que no es saludable que una persona mayor esté a cargo de la atención de un enfermo.
“Puede ocurrir, pero es un familiar más joven el que tendría que estar en esa tarea. Creo que cuando se regularice todo lo que tiene que ver con medicamentos e insumos esta situación va ser cada vez menos frecuente”, indicó Franco.
Al ser cuestionado sobre la carencia de medicamentos, un problema histórico en el IPS, el director médico de la previsional sostuvo que su labor es “coordinar el trabajo médico” pero no logístico.
Hacinamiento en el albergue
En otro momento, el doctor Franco aseguró que el albergue instalado en el IPS para los familiares tiene suficiente espacio para acoger a por lo menos 100 personas.
No obstante, según pudo corroborar ABC, la carpa instalada a unos 100 metros del área de urgencias, dispone tan solo de espacio para hospedar a no más de 20 personas.
“Nunca hay lugar. Los guardias nos dicen que hay disponibilidad para 10 personas, no más. Sobrevivimos acá como podemos. Pasamos mal”, criticó don Artemio, quien acampa bajo las estrellas desde hace tres días para cuidar de su esposa enferma.
Sobre la distancia que deben recorrer los familiares en caso de tener que acudir al área de urgencia de forma rápida, el médico indicó que el espacio asignado a la carpa es el único disponible.
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“El albergue está en ese lugar porque no hay otro espacio. Tiene seguridad, está incluso cercado, está iluminado. Tratamos de dar toda la comodidad posible y la seguridad también. No podríamos poner la carpa en la calle y obstruir el paso de ambulancias. Está en el lugar que encontramos más cercano. Estimamos que en ese lugar (albergue) pueden entrar unas 100 personas; es para un solo familiar por paciente, que se pueden ir turnando”, sostuvo el doctor Franco.
Manos atadas
El director médico del IPS mencionó que pese a que algunos asegurados del interior vienen con más de un familiar para hacerse cargo del cuidado del paciente, la previsional tiene las “manos atadas”.
“El IPS -según su carta orgánica- no está obligado a ofrecer a los asegurados (un albergue). El tema social de los familiares no está estipulado. Nos vemos con las manos atadas. Si el IPS pudiera por la ley construir albergues y pagar pensiones a los familiares, excelente, pero no está permitido. Es una cuestión legal también”, insistió.
Las promesas que realiza el IPS de mejorar su atención son de vieja data. No obstante, pese a los miles de reclamos diarios de sus asegurados, que pagan mensualmente a la previsional, el seguro médico no muestra progresos ni cambios que den esperanza de mejoras.
nadia.cano@abc.com.py