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Tras las denuncias de torturas que estarían sufriendo varios cadetes de la Academia Militar y el Liceo Militar y que derivaron en la internación en terapia intensiva del estudiante de tercer año de Caballería Alcides Ariel Mancuello Figueredo, el presidente de la Comisión de Derechos Humanos de la Cámara de Senadores, Gilberto Apuril, se constituyó en el Hospital Militar para interiorizarse de lo ocurrido. Llamativamente, tras conversar con el plantel médico y, según dijo, a solas con el propio cadete, el senador salió convencido de que se había tratado solamente de una caída.
En declaraciones a la prensa, el congresista Gilberto Apuril dijo que no se constataron rastros de torturas ni de abusos a la condición humana del cadete y que el propio joven, en una charla a solas con él, le dijo que había aprovechado un momento en el que no estaba a cargo de ningún superior para subir al árbol de eucalipto a arrancar hojas para un té y que en ese momento cayó al suelo.
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Apuril: hablar de amenaza sería “fantasear”
Al preguntársele al senador si no existe la posibilidad de que el cadete esté amenazado para hacer coincidir su versión con las autoridades militares, respondió que “se podría fantasear” con esa posibilidad, pero que también se tendría que acompañar con rastros de vejaciones, lo cual, según Apuril, no existen.
Se le consultó también si no considera que al existir sospecha de tortura se hubiera llevado al cadete a otro centro asistencial, teniendo en cuenta que el Hospital Militar y sus profesionales en este caso son juez y parte. A esto respondió que los médicos le mostraron las pruebas de diagnósticos y que estas estarían a disposición de la prensa.
Adelantó que la doctora a cargo daría la información médica y en cuanto al sumario, los datos los daría la Academil.
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Joven se mantiene en que se cayó
Apuril detalló que, además de manifestarle en privado que se cayó, también declaró esto ante el juez instructor militar que tomó su declaración ayer, jueves.
Además, el senador contó que ahora la familia dice “más o menos la misma versión” y que solo están preocupados por poder entrar a visitar al joven, que sigue en terapia.
Llamativo cambio de actitud de Apuril
Lo que llama poderosamente la atención es que poco antes de ingresar al Hospital Militar a visitar al cadete, la actitud del presidente de la Comisión de DD.HH. del Senado era otra y había mostrado preocupación por la noticia y dicho que su misión era preservar los derechos humanos, además de evitar que el Estado sea agresor.
Había dicho que tomarían acciones en caso de que haya quebrantamiento de derechos humanos y se hayan excedido los límites de un entrenamiento militar.
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Sin embargo, ya al salir, sostuvo que no existen rastros de tortura a nivel físico, por lo tanto, no hay base para hablar de malos tratos.
“El diagnóstico nos conduce a concluir que lo que ocurrió fue un golpe por caída en el caso de Mancuello Figueredo”, señaló.
Incluso, agregó que el ingreso a terapia fue solo “por precaución; no ameritaba, pero se le dieron más cuidados”.
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“Yo lo vi bien”
El senador recalcó que habló en privado con el muchacho y que este tuvo la oportunidad de decirle libremente qué ocurrió, pero se mantuvo en que se había caído del árbol.
“Yo lo vi bien; mi evaluación es que su declaración fue de lo más veraz posible”, determinó el presidente de la Comisión de Derechos Humanos del Senado.
Esta semana fue denunciado un caso de golpiza a un cadete de la Academil que derivó en una internación en terapia intensiva de la víctima.
La Defensoría del Pueblo fue la que dio a conocer el caso y lo denunció ante la Fiscalía de Derechos Humanos.
El reporte médico indicó una rotura de costilla y que la fractura se había producido el jueves 24 de marzo.
Según refirió el defensor del Pueblo adjunto, Rafael Ávila, este ya es el cuarto acontecimiento que ocurre en la Academia Militar de las Fuerzas Armadas. El vocero de la Defensoría comentó que hubo dos situaciones anteriores de varones y otra que involucró a una cadete, que por temor a represalias decidió abandonar la carrera.
Autoridades militares siguen negando torturas
Por su parte, las autoridades militares de la Academia Militar y el Liceo Militar niegan hechos de tortura y maltrato físico o psicológico a los cadetes de las instituciones. A pesar de las denuncias que existen, dicen que no permitirían una falta a la dignidad de las personas ni apañarán ningún tipo de abuso.
En la última semana, padres de menores que estudian en el Liceo Militar se comunicaron con ABC para denunciar los casos de tortura a los jóvenes, pero, a pesar de esto, el comandante del Liceo Militar Acosta Ñu, coronel Carlos Martínez, dijo que los encargados de los menores se confundieron creyendo que ciertos internados eran del Acosta Ñu.
Otro padre de un alumno de la Academia Militar también denunció que un cadete de nacionalidad panameña que se encuentra de intercambio en Paraguay es responsable de torturas a los alumnos militares.
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Así también, una joven cadete sufrió un golpe que la dejó inconsciente por parte de una superior y, pese a que junto con su madre denunciaron el caso ante el comandante de la dirección de la Academil, César Arístides Caballero García, nada se hizo al respecto. La joven decidió abandonar la carrera militar por temor a represalias.