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Así como ocurrió la semana pasada, ayer Asunción volvió a sufrir los embates de una tormenta, dejando otra vez al descubierto la mala calidad de sus obras públicas y falta de planificación de las instituciones públicas.
El vendaval, que llegó con una intensa lluvia alrededor de las 07:00, derribó el techo de una estación de servicio recientemente inaugurada frente al Botánico. Varios árboles cayeron sobre las calles de Asunción, arrastrando cables del tendido eléctrico. A esto, que generó cortes en el servicio de electricidad, se sumaron los raudales, que a su paso arrastraron basura y tapas de registro de la Essap.
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Semáforos dejaron de funcionar y el caos reinó en el tránsito vehicular. Cuadrillas municipales sacaron los árboles y limpiaron desagües, mientras policías de Tránsito se apostaban en las principales arterias, aunque no en todas.
El temporal puso en riesgo la integridad de transeúntes y conductores. Bomberos rescataron a un hombre cuya camioneta cayó en un gran hoyo en medio del raudal, en Lambaré, mientras en Asunción ayudaron a un conductor que quedó atrapado entre las ramas de un árbol. En el barrio San Pablo también cayó un auto en un enorme bache. Los vecinos protestaron.
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Así como en otras, en la escuela número 3, República de Brasil, el agua se escurrió por las paredes de algunas aulas, mientras en otras dieron clases entre las goteras.
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Emergencia en Asunción
La Junta Municipal de Asunción declaró “emergencia de cauces hídricos”. Pretende que se aceleren obras de contención de arroyos previstas por el Ministerio de Obras Públicas.
También se presentó una minuta que plantea dejar de cobrar tasas por desagües pluviales inexistentes, lo que ocurre en el 77% de Asunción. El planteamiento fue derivado a comisiones para su análisis.