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- ¿Qué extraña de su hijo? Hace cinco años de la desgracia
- No se imagina cómo se le extraña. Yo tenía un tambo. Vendía leche. Las veces que no podíamos ordeñar la vaca, él hacía todo. Ordeñaba, le ponía la vacuna, vendía... Todo eso busco. Me ayudaba mucho. Era un sostén. Era un chico muy inquieto. Era un chico diferente. Tenía muchísimas amistades. Hacía hasta de mecánico. Arreglaba los vehículos de los amigos. No tenía drama para ir a comer en la casa de familias, a hacer compañía a los mayores. Se metía en la cocina. Acarreaba gente para los actos.
- ¿Qué estudios tenía?
- Él estudió en Nihon Gakko. La señora Hermelinda de Ortega, su directora, era su cuateté. Ahora es senadora. Después ingresó en Ingeniería Agronómica. Estaba haciendo su tesis cuando murió.
- ¿Rodrigo qué número era en la familia?
- El último, el pahague. La mayor está en España, los dos que me quedan trabajan por acá. En La Colmena uno es mecánico con taller propio. Su hermana vive conmigo. Trabaja en Acahay en el Juzgado de Paz como secretaria.
- ¿Rodrigo dejó descendencia?
- Era soltero. Tuvo una hija cuando era más joven, con su compañera de colegio. Hoy la nena tiene 13 años. Tenía 9 cuando falleció su papá. Sol se llama. Era muy pegada a su papá. Ahora hace mucho que no le veo. Ya no viene más. La mamá está metida con los cartistas. Después de tres meses de nuestra desgracia le contrataron en un Banco de Fomento como cajera.
- ¿A usted también le ofrecieron trabajo?
- A mí Cartes no me ofreció pero quería hablar conmigo. Después de 15 días de fallecer mi hijo ya me había mandado pedir hablar conmigo. El (ex) comandante (de Policía Críspulo) Sotelo también quiso hablar conmigo. Yo no les acepté.
- ¿Cuál es su profesión?
- Yo soy maestro albañil, trabajé mucho tiempo en la Argentina, también viajé a España. Ahora no hago más nada. Soy diabético. Hace 15 años tengo diabetes. Ando con insulina. Trato de cuidarme. Ya no trabajo desde que comenzó la pandemia. Desde que falleció Rodrigo me quedé hipertenso. Sufro de presión alta.
- ¿Cuántos años?
- Tengo 65.
- Lo que le pasó es una tragedia que nadie espera, sobre todo si son los padres..
- Qué bárbaro. Fue muy terrible. Rodrigo era presidente de la juventud liberal filial La Colmena. Le gustaba muchísimo la política. Hacía afiliaciones, inscripciones, salía por la campaña. Transportaba a los mayores. Era un servidor nato.
- ¿Usted le alentó a hacer política?
- No, nunca. Por su cuenta entró a hacer activismo. En mi época yo andaba detrás de los Saguier, de los Laíno en la época de la dictadura. Heta adispara vaekua la cachipórragui en las manifestaciones relámpago que hacíamos.
- En La Colmena había un japonesito garrotero que participó una vez de una intervención en la ruta Acahay, cuando el chacariteño Ramón Aquino atajó un ómnibus con los Saguier, Martínez Yaryes y otros dirigentes. Tenía un rebenque en la mano.
- Miyamoto se llama. Hoy no es nada en la política pero tiene mucha plata. Los japoneses eran todos stronistas, muy cepilleros. Nadie podía mirar mal por ellos en esa época.
- Todos fueron a parar a la Delegación de Gobierno de Paraguarí
- No había nada que hacer cuando agarraban a los opositores. Stroessner iba bastante por La Colmena. Era difícil esta zona para los opositores durante la dictadura. Yo ni siquiera pude estudiar. Se exigía afiliación. Hice hasta el tercer curso. Enseguida nomás ya me fui a Buenos Aires a trabajar como albañil. Estuve cinco años. Volví y me metí otra vez en la política. En La Colmena había un dirigente, don Vicente Gavilán, un buen señor. Era el que nos convencía para meternos en la política a pesar del peligro.
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- Y Rodrigo, ¿desde cuándo estuvo detrás del partido?
- Desde los 18 años. Antes no quería saber nada. Cuando tuvo 18 años se afilió y ahí empezó y no paró más. Yo ni me enteré que se candidató para dirigir la juventud. Estuvo dos años hasta que murió.
- ¡Quién puede creer que lo mataron haciendo política en plena democracia!
- En la dictadura nos daban cachiporras pero nunca nos atacaron con balas como ahora. Nunca atropellaron la sede partidaria.
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- ¿Cuál es la verdad para usted de lo que pasó?
- A mí me dijeron que Cartes y Llano estaban chupando juntos y que ahí fue que Llano ordenó que se atropelle la casa de los liberales. Es cierto que ese tiro mortal no fue dirigido específicamente para Rodrigo. Era para cualquiera. Rodrigo se fue con otros dos amigos desde La Colmena. Ya había terminado la manifestación del Congreso y ellos decidieron pasar por el directorio. Tomaron agua, se asearon, se recuperaban de los gases lacrimógenos. Estaban en la calle sentados cuando llegaron los policías a atropellar. Ellos fueron los últimos que entraron a la sede del partido. Cerraron la puerta pero trancaron mal en el apuro. Con el primer golpe ya abrieron. Saltó la cruceta y entró la policía a disparar directamente. Corrieron todos hacia el pasillo y ahí dispararon. Eso no se esclarece nada todavía hasta hoy. No se esclarece todavía de dónde provino la bala, quién le proveyó el cartucho. No se investiga...
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- Hay uno señalado como culpable
- Al principio fue él, Gustavo Florentín, que le dijo a su esposa que fue él el que mató a Rodrigo. Estaba arrestado inclusive en la Comandancia antes de cometer el hecho. Dicen que estaba arrestado por violencia doméstica. Amaliciá drogadicto lento voi pe tipo en aquella época. Ahora dicen que es peor. Él estaba arrestado y le largaron para ese operativo. Se le vio en la manifestación frente al Congreso. Al principio tenía una abogada. Parece que no estaba de acuerdo con ellos porque le habían abandonado. No tuvo ayuda de nadie. Inclusive en la casa de la abogada trabajaba la mamá del suboficial para costear en algo los gastos de su hijo. A mí me dijo personalmente la abogada que oportunamente iba a contar todo lo que pasó. Pero después cambió de defensa y cambió la versión del muchacho. Ya dijo que no fue él. Le culpó al otro. Nosotros queremos saber quién dio la orden. Ahora dice que entró nomás por cuenta propia y disparó. Eso es ridículo. Esa es su última declaración. No es creíble.
- No hay ninguna sentencia todavía
- No. Tenemos otro problema. La mamá de Sol tiene una abogada que es su tía. Ella nos quitó ahora el poder que nosotros teníamos. Eso hace ya más de un año. Paró ahí. Eso es lo que quieren. Obstruyeron y nos quitó a nosotros. La mamá es la apoderada de su hija. Dicen que le corresponde a ella y nos quitó. Pero nos sacó no para que se apure el proceso sino para congelar ahí. Están sacando beneficio.
- Ustedes buscan la condena para el que le mató a Rodrigo
- Lógico, es lo que queremos pero ellos quieren que todo vaya al oparei.
- ¿El muchacho sigue preso?
- Sí. Está preso en la Agrupación Especializada. Esta justicia no funciona. Con esta Sandra Quiñónez no va a haber justicia en nuestro país. Todo es una farsa lo que están haciendo. Tiene que haber un cambio profundo para que haya justicia en el Paraguay.
- ¿Usted ya no milita más en el partido?
- Sigo colaborando en lo que puedo. Más bien apunto a buscar justicia para mi hijo para que nadie se olvide. Los paraguayos nos olvidamos muy rápido de las cosas. Me muevo, no me quedo callado.
- ¿Cómo ve el futuro del partido?
- Todos tenemos esperanza en la concertación.
- ¿Cree que es posible un arreglo entre efrainistas y llanistas para encarar las elecciones presidenciales?
- A mí me gustaría que Efraín sea otra vez el candidato. Es el que mantiene su conducta, su coherencia. La división se ve solamente en Asunción. En la campaña no hay división entre liberales. La división es de cúpula, arriba nomás. El pueblo no está dividido.
- ¿Usted cree que se puede derrotar al Partido Colorado en el 2023?
- No hay que hablar solo del Partido Liberal. Tenemos que hablar de concertación. El país se tiene que manejar entre todos para terminar con la impunidad. Si no se castiga la impunidad vamos a seguir igual y nunca vamos a progresar. Hay corrupción, narcotráfico, diputados detenidos, investigados. Este es el momento que tenemos que hacer algo. Si no se despierta el pueblo ahora, cuándo lo que se va a despertar más. Estamos llegando al fondo. El país está patas arriba. Se ve claramente cómo se usa el Gobierno para los negocios particulares.
- Es difícil que cambien las cosas en este país
- Porque el 80% de los que van a votar son analfabetos, gente que solamente reconoce el color y la plata. No le interesa a nadie el futuro. El prebendarismo es lo que manda. Es normal en nuestro país vender el voto. Ojalá se produzca esta vez el cambio, porque todos nos vamos a beneficiar, mi familia también porque todavía tenemos esperanza en que con Rodrigo va a recibir su justicia.