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El padre Gabriel Romero, consejero del rector mayor para el Cono Sur de América Latina, estuvo en nuestro país el 22 de febrero pasado. Vino para interiorizarse de la intención del inspector salesiano paraguayo Mario Villalba de vender las reservas comunitarias de las villas salesianas ubicadas en Limpio. En horas de la mañana se reunió con el nuncio apostólico Eliseo Ariotti y por la tarde con los pobladores. Romero ya traía expresas orientaciones del rector mayor de la Central Salesiana de Roma, padre Ángel Fernández, de suspender las ventas de las reservas comunitarias, ofertadas para su loteamiento. En total eran siete.
Antecedentes
Según los antecedentes, en los primeros años de la décadas del 80, miembros de la familia Zanardini de Italia vinieron al Paraguay y en acuerdo con el entonces arzobispo Mons. Ismael Rolón y el superior salesiano local, padre Carlos Giacomuzzi, decidieron comprar con dinero de la herencia de sus padres difuntos terrenos para ofrecer una casa propia a centenares de familias pobres. Con esos terrenos, en diferentes lugares de Limpio, se establecieron 12 villas con más de 600 familias.
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Por consejo de Mons. Rolón, los terrenos se compraban a nombre de Maurizio Zanardini, hermano del padre José Zanardini. Era para evitar que el gobierno dictatorial de aquel tiempo pusiera trabas o dispersara el proyecto social tildándolo de comunista.
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Una vez urbanizados los predios, con aprobación municipal, la gente que en su mayoría era damnificada de las grandes crecientes del río Paraguay de los años 1982 y 1983, empezaba a ocupar los predios. A cada familia se le asignaba un lote de 12 por 30 metros. Recibían también materiales para autoconstruir su casa propia en ayuda mutua, con asistencia de instructores albañiles.
Transferencia
Una vez construida la casa, el acuerdo contemplaba que la familia Zanardini debía transferir los terrenos (los lotes particulares de la familia y todas las demás parcelas ) a la Congregación Salesiana, cuya personería jurídica es Sociedad Salesiana del Paraguay. La Congregación debía luego transferir gratuitamente los terrenos particulares a cada familia; los templos al Arzobispado, las escuelas al MEC, mientras las parcelas comunitarias (campos de deporte, campos para huertas, reservas ecológicas, parque para niños, salones comunitarios etc.) a las respectivas Asociaciones Jurídicas de cada Villa. Sin embargo, la Inspectoría Salesiana local apareció con la intención de venderlas. Esta situación motivó la reacción de los pobladores de las villas. Sus dirigente quisieron reunirse con el padre Mario Villalba y una sola vez los recibió a instancia del nuncio apostólico Eliseo Ariotti. Pero aún así persistía en su intención de vender los predios. El caso llegó a Roma y el rector mayor Ángel Fernández decidió dar punto final al tema y rever todas las decisiones de la Inspectoría de Paraguay para que los inmuebles pasen a las asociaciones de vecinos.
Apoyo del nuncio
Ramón Barboza, dirigente de la Villa Don Bosco, uno de los siete asentamientos, exteriorizó su satisfacción por la decisión de Roma de ordenar la entrega de las tierras a las asociaciones de vecinos. “Es una gran victoria para los pobladores de la Villa. Han sido tres años de lucha”, indicó.
Apuntó y destacó la mediación del nuncio apostólico Eliseo Ariotti, que fue el único que los apoyó ante la intención del padre Villalba de vender las reservas. “Los obispos del Paraguay no se interesaron de nosotros, sin embargo Mons. Ariotti entendía perfectamente que esas tierras fueron compradas para los pobres y no podían venderse”, resaltó.
Barboza explicó que la transferencia de los inmuebles ya está a cargo de la escribana de los salesianos, quien redactará las escrituras, que contendrán algunos requisitos que establezcan que no podrán venderse y ni utilizarse para otros fines que no sean comunitarios.