Obtención, traslado y remisión de cocaína por cuenta propia

Sebastián Enrique Marset Cabrera (30 años), considerado líder de un grupo narco y como tal, era quien negociaba con conjuntos del extranjero la provisión de cocaína que, ya en el país era movida con los medios logísticos brindados por Miguel Ángel Insfrán Galeano (40), hasta su envío a Europa o África. Del lavado de las ganancias se encargaban otros integrantes.

Esquema de cómo operaba el grupo narcotraficante para la obención, traslado y comercialización de la cocaína, según la imputación del Ministerio Público.
Esquema de cómo operaba el grupo narcotraficante para la obención, traslado y comercialización de la cocaína, según la imputación del Ministerio Público.

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De acuerdo con los datos citados en la imputación del Ministerio Público y la pesquisa de la Senad, el uruguayo Sebastián Marset, en el 2012 fue vinculado a la investigación “Wayra”, en la que fue detenido un piloto paraguayo con 450 kilos de marihuana que eran para Marset. En 2013, cuando solo tenía 21 años, también se lo vinculó en la “Operación Halcón”, en la que se incautaron 173 kilos de marihuana y 335 gramos de cocaína. Este fue detenido, condenado y en 2018 recuperó su libertad.

Entre ese año y 2019 se registraron a Paraguay, entradas y salidas de Marset. Una de ellas, con una identidad presuntamente falsa. Todo esto para alistar el terreno a modo de iniciar otra organización ilícita.

En octubre de 2019, Marset se radicó en Paraguay con su esposa Gianina García Troche y sus dos hijos. ingresaron a través del Aeropuerto Internacional Silvio Pettirossi.

El perfil de Sebastián fue de el de un productor de conciertos e incluso tuvo un breve paso por el fútbol.

Los bienes ya incautados por la Senad, con cifras actualizadas hasta el viernes.
Los bienes ya incautados por la Senad, con cifras actualizadas hasta el viernes.

Contactos de Marset con criminales extranjeros

Desde Paraguay, supuestamente, Marset contactaba con organizaciones narcos de Bolivia que eran las que le proveían la cocaína, que era traída a nuestro país en aviones con matrículas de ese país. La nave bajaba en Alto Paraguay, donde se hacía el trasbordo a otra, pero ya con matrícula paraguaya para su posterior traslado hasta el establecimiento San Agustín de Presidente Hayes, propiedad de un presunto socio del uruguayo, Miguel Ángel Insfrán Galeano (40).

De hecho, el mismo Insfrán Galeano contaba con empresas tales como “Barakah SRL”, de transporte terrestre; “El Porvenir SA”, de metalúrgica; así como “Agroganadera e Industrial Sol Naciente SA” y “Agroganadera e Industrial Nuevo Horizonte SA”. La primera y la penúltima firma tenían tres aviones registrados a su nombre, utilizados para el traslado de la sustancia de Alto Paraguay a Presidente Hayes.

Las empresas de Miguel Ángel fueron constituidas con ayuda de sus hermanos Conrado Ramón Insfrán Villar, José Alberto y Yolanda Ignacia Insfrán Galeano, quienes a su vez colaboraban para el lavado del dinero ganado con el tráfico.

Aviones al servicio de la organización

Dichas aeronaves, sin embargo, pertenecían a Gilberto Esteban Sandoval Giménez (29), que según la imputación fiscal, contaba con una flota de 13 naves, pero que estaban registradas a nombre de otros integrantes de la asociación criminal y firmas ligadas a estos, para no levantar sospechas.

Sandoval pilotaba los aviones llevando la cocaína y, contrataba otros pilotos como: Roque Félix Estigarribia Ojeda, alias Pata, Diego Enrique Guerrero Yegros, José Enrique Gamarra Villalba y el coronel retirado Job Von Zastrow Masi, citados en la imputación del Ministerio Público.

Transporte por tierra de la droga

Desde Presidente Hayes, la sustancia era trasladada en camiones Scania, de la firma “Barakah SRL”, cuyas carretas fueron modificadas con doble fondo en la empresa “El Porvenir”, hasta depósitos distribuidos en el departamento Central, especialmente en Mariano Roque Alonso, Limpio y Villeta. Este último, vinculado a Luis Fernando Sebriano González (47), donde se empacaba la carga en bolsas Big Bag entre otras mercaderías.

Sebriano hacía los trámites con Aduana y las empresas marítimas. Enviaba la carga a través de sus firmas “Neumáticos Guairá SA”, “Notia SA” y “Artis SA”, a Europa y África.

Otro colaborador, Alberto Koube Ayala lavaba el dinero a través de su firma “Grupo Tapyracuai SA”, y el exdiputado Juan Carlos Ozorio, introducía la plata a la Cooperativa San Cristóbal, y limpiaba el capital en el sistema financiero.

Perfil empresarial, religioso y testaferros para ocultar bienes

Más de medio centenar de inmuebles, vehículos de alta gama, avionetas, embarcaciones, maquinarias agrícolas, camiones, ganado y hasta un helicóptero integran los bienes incautados en más de 60 allanamientos realizados en el marco del Operativo A Ultranza Py, iniciado el 22 de febrero pasado.

El valor de los bienes comisados en todo el país –varios de ellos ya se encuentran bajo administración de la Secretaría Nacional de Bienes Incautados y Comisados (Senabico)– ya superan los 100 millones de dólares.

  Este es uno de los tres Lamborghini requisados por los antidrogas, valuado en unos US$ 340.000.
Este es uno de los tres Lamborghini requisados por los antidrogas, valuado en unos US$ 340.000.

El cuantioso patrimonio de los sindicados por la Fiscalía como supuestos integrantes de una red internacional dedicada al tráfico de drogas y lavado de dinero, revela la gran envergadura de las operaciones ilícitas de la organización, en atención a que empezaron a operar en nuestro país en el año 2020.

Entre los vehículos incautados que más llamaron la atención están tres Lamborghini, dos del modelo Huracán, valuados estimativamente entre 320 y 340 mil dólares (según su versión) y uno modelo Gallardo, valuado en unos 350 mil dólares.

La imputación da cuenta de que Marset, tras obtener su libertad en su país, donde estuvo procesado por tráfico de drogas en más de una ocasión –tuvo condena inclusive– en una de ellas junto a Juan Domingo Viveros Cartes, tío del expresidente Horacio Cartes- estuvo en nuestro país en los años 2018 y 2019.

En estos viajes, el uruguayo realizó los contactos necesarios para poder operar en nuestro país, para lo cual gestionó su permanencia definitiva ante Migraciones. A los efectos de ocultar su verdadero propósito, previamente Marset se autoconstruyó la figura de empresario de artes y espectáculos, dedicado a la organización de eventos y conciertos.

Con este tipo de publicaciones,  Sebastián Marset instaló una imagen de empresario de artes y espectáculos.
Con este tipo de publicaciones, Sebastián Marset instaló una imagen de empresario de artes y espectáculos.

“(...) a tal fin, utilizó medios de prensa informales del extranjero, tales como Colombia, Ecuador, Venezuela, etc, para difundir la mencionada figura falsa, con la cual realizó una puesta escénica acerca de su aparente actividad ilícita, cuya personalidad ficticia, la escogió luego de sus constantes viajes anteriores a nuestro país, en los cuales obtuvo información acerca de la explotación de dicho rubro en paraguay (...)”.

La elección del rubro de eventos, espectáculos y conciertos con artistas internacionales fue elegida para ocultar ganancias ilícitas obtenidas en el pasado, mediante el narcotráfico y justificar el origen de su patrimonio actual, precisa la imputación.

“Como producto de la mencionada actividad ilícita, Marset obtenía ganancias económicas que ingresaban a sus haberes, generalmente mediante la utilización de casas de cambios, las cuales las introdujo al sistema financiero y económico nacional, mediante compra de bienes, tantos muebles también inmuebles o bien las capitalizaba mediante la constitución de empresas de distintos rubros comerciales o depositaba en cuentas bancarias habilitadas a nombre de terceras personas físicas y jurídicas”, señala la imputación fiscal.

“Este plan de eludir eventuales controles, incluso sería convincente según la actividad oficial de José Insfrán, ya que el citado y Ovidio Javier Rojas Ferreira, ambos representantes documentales de Mastián Productions, del cual se sirvió Marset, serían pastores o representantes de una organización religiosa denominada Centro de Convenciones Avivamiento Curuguaty, por lo que podrían inventar con facilidad, haber realizado actividades propias de núcleo religioso”, refiere otra parte de la imputación.

A su vez, otro de los integrantes de la organización, según la Fiscalía, el piloto Gilberto Sandoval, inscribió bienes muebles e inmuebles que no podía justificar a nombre de su esposa Liz Fabiola Taboada Gamarra y de sus suegros Inocencia Gamarra y Mauro Taboada Centurión.

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