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Ya en el cargo, luego de continuar y finalizar su primera misa como arzobispo, monseñor Martínez compartió con los presentes un mensaje sobre la realidad que atraviesa el país y los desafíos que les esperan al frente de la Arquidiócesis de la Santísima Asunción.
“Somos conscientes de que Asunción, como capital de la República, sede de los Poderes del Estado y de las principales instituciones públicas, es la caja de resonancia donde tiene eco toda la vida del país y es el lugar donde se sienten y se visualizan los grandes y graves problemas sociales, políticos y económicos que padece la nación”, comenzó diciendo.
Crimen organizado
Explicó que la misión que asume coincide, por un lado, con un momento en el que el crimen organizado ha permeado y corrompido gran parte del tejido social, político, económico y hasta religioso de nuestro país. “Por otra parte, se ciernen en el horizonte negros nubarrones de inestabilidad política y social como consecuencia de la inequidad estructural y el grave deterioro de las condiciones de vida de los sectores más vulnerables y de la propia clase media, en parte, debido a la falta de políticas públicas de bien común, en parte debido a la corrupción e impunidad y, en parte, debido a factores climáticos que produjeron una prolongada sequía y que tendrá serias repercusiones en lo social y económico en el corto y mediano plazo. Si no se adoptan programas eficaces de protección social, los niveles de pobreza extrema se profundizarán y puede recrudecerse el hambre, sobre todo en los más pequeños en el campo y en la ciudad”, resaltó.
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En otro momento de su mensaje se refirió al problema de la tenencia y propiedad de la tierra, y la situación de las comunidades indígenas y campesinas. Al respecto sostuvo que estos grupos viven bajo amenaza de desalojos, exigen un diálogo intersectorial e interinstitucional inmediato para encaminar soluciones pacíficas.
“No habrá paz sin un diálogo y concertación en el marco de la justicia social, como enseña la Doctrina Social de la Iglesia”, aclaró.
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Misión del laico
Este año la Iglesia ha establecido como Año del Laicado y en este sentido, se refirió a la Carta de los Obispos que dice es necesario y urgente el protagonismo de los laicos para que la evangelización sea eficaz, desde un modelo de Iglesia en salida, misionera, que no teme mezclarse con el mundo para que, desde los valores del Reino, contribuya a transformar las situaciones de pecado que oprimen al pueblo como la corrupción, la inequidad, la violencia silenciosa de la pobreza que excluye y descarta a los más débiles, niños y ancianos, indígenas y campesinos, jóvenes sin oportunidades ni horizonte para sus vidas, familias desestructuradas, agresión al medio ambiente, entre otros males que padecemos en el Paraguay. Agregó que ante estas realidades son partícipes los laicos, sea por acción u omisión. “Los signos de los tiempos actuales nos presentan situaciones preocupantes, donde se señala a nuestro pueblo, a los laicos, como afectados y responsables. Los laicos son la gran mayoría de la Iglesia y es el momento de asumir protagonismo, sentido de pertenencia y profundizar su formación, comprometidos desde su fe a ser fermento en la masa, sal de la tierra y luz para la transformación de la sociedad”, indicó.
Martínez apunto que al laicado le toca el compromiso en la administración pública y en la política, así como en todos los sectores de la vida social, cultural y científica. Agregó que como comunidades de base, parroquiales y diocesanas, toca apoyar y acompañar a quienes se comprometen en estos campos, no por el “provecho” que traigan sino por la vocación que se atreven a asumir.
El nuevo arzobispo invitó a no esquivar la directa responsabilidad de “transformar las realidades y la creación de estructuras justas según los criterios del Evangelio”.
Signos de esperanza
El pastor sostuvo que el gran desafío es afrontar la realidad difícil de la sociedad, cada vez más violenta, desde la fe cristiana de los bautizados en el mundo. “El Paraguay necesita con urgencia signos de esperanza de quienes tenemos responsabilidad ante la sociedad”, apuntó
Finalmente, dijo en su mensaje que el Paraguay necesita a todos, nadie debe estar excluido de la misión de recuperar los valores sociales y las virtudes que permitirán lograr la Patria Soñada de Carlos Miguel Giménez.