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Ante las versiones de que se pretende enrejar la Estación Central del Ferrocarril, hoy bautizada como Carlos Antonio López, inmediatamente surgió la crítica de la ciudadanía, pues con el cercado se mataría la esencia de uno de los emblemas de nuestro país y quedará demostrado que el Gobierno no tiene la capacidad de mantener la seguridad en un lugar de tanto valor histórico. El presidente de Fepasa señaló a ABC TV que solo se trataría de una medida temporal, aunque no se definió por cuánto tiempo se enrejará el lugar histórico.
Explicó que la decisión se debe a que tienen la misión de cuidar el lugar y volver a darle vida para “que sea un ambiente festivo y seguro para todos”.
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Otrora epicentro de eventos sociales
Recordemos que la estación, que durante décadas del siglo XIX fue un emblema de los avances tecnológicos, además de ser un centro de encuentros sociales en los que incluso se realizaban bailes de gala, hoy se encuentra abandonada y con la presencia de comunidades indígenas, que casi durante todo el año vienen a la Capital a reivindicar sus reclamos como pueblos originarios.
Desde Ferrocarriles del Paraguay pretenden parar esta situación enrejando la estación, para así devolverle su esencia a este patrimonio histórico.
Lauro Ramírez aseguró que las rejas solo estarán de forma temporal aunque indefinida, “por lo menos hasta que se solucione la problemática que afecta a los pueblos originarios”.
“Será solo hasta que podamos solucionar este problema social; no será algo permanente, no se perforará el edificio. Se hará abrazado a las columnas con tres metros de altura, estamos cuidando con la Secretaría Nacional de Cultura que se respete el estilo de las otras rejas que hay en la misma estación”, detalló el presidente de Fepasa.
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Otro enrejamiento más
Este enrejamiento de la Estación Central se suma a los de la Catedral de Asunción y la Plaza Uruguaya, matando por completo la esencia de los lugares públicos y admitiendo que el Gobierno nada puede hacer por proteger estos espacios.
Las vías de este ferrocarril conectaron por mucho tiempo la capital de nuestro país con otras ciudades que se encuentran a kilómetros de distancia, como Luque, Areguá, Ypacaraí, Sapucái y Pirayú.
Las locomotoras también llegaban a Villarrica, Iturbe, Yegros e incluso a Encarnación.