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Uno de los narcotraficantes más poderosos del Brasil, Lindomar Reges Furtado, estaba en el Paraná Country Club de Hernandarias en la casa de su pareja Gladys Aparecida Duarte Pereira. Ambos lograron escapar el martes 45 segundos antes de que llegue a la vivienda una comitiva de la Senad y de los fiscales Manuel Rojas, antidrogas, y Manuel Doldán, de Asuntos Internacionales.
Aunque el grupo buscaba a Marcus Vinicius Espíndola Marques de Padua, socio de Reges, también pretendían dar cumplimiento al mandamiento de captura que pesaba desde un día antes (14 de febrero) contra Reges, quien es requerido por la justicia de Brasil por delitos de tráfico de droga, lavado de dinero y organización criminal.
Organización familiar
En el 2008 fueron procesadas 22 personas en Brasil, integrantes de un grupo articulado con el fin de cometer delitos de falsificación a través de sociedades constituidas y registradas a nombre de testaferros, contra el orden fiscal, suprimiendo el pago del impuesto sobre la circulación de bienes y prestaciones de servicios (ICMS) al Estado de Paraná en la venta del tabaco, y luego el blanqueo de valores.
Según se describe en un documento de la Justicia brasileña, el esquema era liderado por el ex alcalde del municipio de Campo Erê (Santa Catarina) Darci Furtado. Él tenía la colaboración de su hermano João Dirceu Furtado, socio de otra empresa de Darci (Abastecedora DCL LTDA.), quien abrió cuentas bancarias a su nombre para ocultar el dinero obtenido por el grupo, mientras que su hijo Lindomar Reges Furtado creó la firma “Tabacos do Brasil” a su nombre, en Rio Azul, cuyo permiso de funcionamiento luego fue cancelado por las autoridades fiscales ya que no operaba, pero luego se constató que sí activaba, pero no declaró su movimiento.
El documento cita además a Reginaldo Rovaris, yerno de Darci, quien se ocupaba de las transacciones financieras; y a Ademir Friske Menegasi, yerno de João, quien fue fiscal de empresas vinculadas a la organización y socio de otra firma de Darci del rubro tabaco.
Ademir también era socio de “Comercio de Cereais Maravilha Ltda.”, que pertenecía a la banda encabezada por Darci.
Para el funcionamiento óptimo de la empresa delictiva se requería de varios socios, por lo que las tabacaleras y otros negocios necesarios para los fines de la organización fueron creados y puestos a nombre de testaferros, mediante la adhesión previa y consciente a los fines criminales.
Una vez consumada la evasión de impuesto, la organización se encargaba de lavar el dinero obtenido para encubrir el destino final de dichos montos. Así los integrantes colocaban los bienes obtenidos por esa vía a sus nombres, el de sus familiares o testaferros.
Desde el 5 de julio de 2002, cuando se dio apertura a la firma “Tabacos Sul Brasil Ltda.”, todos los citados y otras personas llevaron a cabo la comisión de diversos hechos punibles. Es así que durante todo ese tiempo hasta el 2007, el grupo amasó 18.382.532 de reales, que al cambio actual se traduce en G. 23.713.466.693, cuyo origen era la evasión.
Juez Vera envía expediente a la Corte y solicita auditoría
El juez penal de garantías de Ciudad del Este, Carlos Vera Ruiz, envió al presidente de la Corte Suprema de Justicia, Dr. Antonio Fretes, una copia del expediente de hábeas corpus que otorgó en el 2020 al narcotraficante brasileño Lindomar Reges Furtado, actualmente prófugo de la justicia.
El magistrado explicó que ante los cuestionamientos surgidos por el beneficio concedido al extranjero, por iniciativa propia remitió un informe al presidente de la Corte Suprema y también al presidente de la circunscripción judicial del Alto Paraná, César Diesel.
Vera explicó que acompañó el informe al titular de la máxima instancia con una copia del expediente, para su estudio por parte de auditores de la Dirección General de Auditoría de Gestión.
Asimismo, dijo que tras el procedimiento realizado recientemente, volvió a solicitar informes a la Policía Nacional sobre Reges, buscado por la justicia de su país por narcotráfico, lavado de dinero y asociación criminal.
El juez afirma que otorgó el hábeas corpus porque Reges argumentó que era víctima de sistemático acoso extorsivo de la Policía Nacional. Previamente, solicitó informes al departamento de Interpol Paraguay y del Ministerio Público y ante la constatación de que no aparecía ninguna referencia sobre el recurrente, dio curso favorable a la garantía constitucional.
Fuentes allegadas a la investigación manifestaron su extrañeza sobre el hecho de que el magistrado no informó a las autoridades sobre los supuestos hechos de extorsión denunciados por el brasileño.
Interesante sería conocer de qué manera el extranjero demostró los hechos denunciados como para “convencer” al magistrado de la veracidad de su versión.
Asimismo, en atención a que la causa es del año 2020 y hasta la fecha se encuentra cerrada, no se explica para qué el magistrado vuelve a pedir informes sobre el ahora prófugo a la Policía.
Más traficantes estarían ligados a firma de blindajes
La empresa “Black Eagle”, dedicada al blindaje de automotores y que pertenece al narco detenido en Brasil Marcus Vinicius Espíndola Marques de Padua, fue allanada el martes. La misma se encuentra a la altura del kilómetro 8, en el Parque Industrial San Juan de Ciudad del Este, departamento de Alto Paraná.
A esa misma compañía están vinculadas otras personas dedicadas al tráfico de drogas, tanto de nacionalidad paraguaya como brasileña, según información brindada por fuentes conectadas con la investigación.
Sin embargo, no se trata de simples eslabones, sino de personas consideradas “líderes” de ciertos grupos. Incluso, algunos de ellos están siendo buscados por la justicia de nuestro país y también en territorio brasileño, pero cuyos nombres hasta el momento no fueron revelados por razón de las pesquisas que se llevan adelante.
En tal sentido, cabe recordar que el brasileño detenido Marcus Espíndola, según información de la Policía Federal de Brasil, proporcionaba la logística a los grupos de traficantes de drogas y criminales diversos, entre ellos el Primer Comando da Capital (PCC), pues blindaba vehículos de alta gama utilizados por las organizaciones delictivas.
Espíndola es considerado como socio de Lindomar Reges Furtado, quien a su vez es señalado como el financista de una de las mayores organizaciones de narcotráfico del Brasil, que se dedicaba a la compra de cocaína de Bolivia y Colombia para su traslado posteriormente a Paraguay, donde era acopiada y luego enviada a tierra brasileña, desde donde la remitían otra vez al exterior a través de los distintos puertos de ese país.