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La cosecha de soja está en etapa final, con rendimientos en torno a 1.000 kilogramos por hectárea, algunos menos que ese volumen y otros un poco más, por lo que en forma global la caída de la zafra será de más del 50%, indicó ayer el ministro de Agricultura, Ing. Agr. Santiago Bertoni, en una rueda de prensa desarrollada en la Asociación Rural del Paraguay (ARP) en el marco del lanzamiento de la Expo Canindeyú 2022.
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El ministro recordó que el Gobierno ya estableció anticipadamente las medidas pertinentes para que el sistema financiero pueda acompañar las necesidades, que los productores agrícolas puedan continuar trabajando y que la economía no pare.
Por otra parte, al ser consultado al respecto el presidente de la Asociación de Productores de Soja, Cereales y Oleaginosas (APS), Eno Michels, informó que los créditos que los productores de soja tendrían en el sistema financiero, por inversiones en maquinarias, insumos para siembra, etc, sumaría cerca de US$ 3.200 millones.
Detalló que en los casos de los agricultores que alquilan campos, ese arrendamiento suele costar entre 800 y 1.000 kilogramos de granos por hectárea; pero algunos ni siquiera lograron esos volúmenes en sus cosechas.
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No pueden cumplir contratos
Michels indicó que todavía están negociando con las multinacionales los contratos de venta a futuro que se hicieron y que no se pueden cumplir en el volumen acordado, lo que es agravado porque el precio de la soja subió cerca de US$ 100 por tonelada (de US$ 430 a US$ 530) y el productor no tiene cómo pagar esa diferencia porque no logró el volumen de cosecha necesario.
Según la estimación de la APS, la producción de soja cayó este año cerca del 70% de lo que se esperaba, aunque eso es proyección preliminar. Mencionó que hasta ahora las cifras son preliminares pero que a finales de marzo ya se podrá hacer una estimación más real.
“Lo que el sector agrícola necesita es que se definan las medidas financieras para que puedan ser refinanciadas las deudas de los agricultores en un plazo de cinco años y que se pueda disponer de un capital que permita seguir trabajando en el campo, porque algunos ya están sembrando maíz, tras la mala cosecha de la oleaginosa”, indicó el presidente de APS.