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Es verdad que va cediendo con el paso de las horas. Pero, en los días siguientes, tras despertarse, el tormento comienza nuevamente desde un principio.
Este tipo de ataque de dolor también puede ocurrir durante el transcurso del día. Asimismo puede presentarse después de pasar largo tiempo sentado, comenta el traumatólogo y cirujano de pies Thomas Schneider, de la clínica de articulaciones Gundelfingen en Alemania.
Para las personas que lo sufren, se trata de una verdadera tortura. ¿Qué puede hacerse entonces? “Es fundamental que un médico aclare cuanto antes la causa del dolor de talón”, aconseja la podóloga Tatjana Pfersich.
No siempre se trata de un espolón calcáneo
Distintos factores pueden estar detrás del dolor en el talón, y uno de ellos es el espolón calcáneo. “Se trata de excrecencias en forma de espina en la zona del talón”, puntualiza el médico homeópata René Gräber.
Estas pueden desencadenar inflamaciones dolorosas en el tejido circundante, causadas, por ejemplo, por un calzado inadecuado o por el sobrepeso.
El cirujano ortopédico Thomas Schneider especifica que también hay otras afecciones que van acompañadas del dolor de talón, pero que se denominan erróneamente espolones calcáneos. Por ejemplo, la tendinitis de Aquiles. En este caso, hay un espolón en el principio del tendón, con dolor que se irradia al talón.
“Tampoco es infrecuente que el dolor de talón se asocie a un pie plano”, precisa Schneider. Dado que los ligamentos débiles de la zona del pie ya no pueden mantener el talón en posición vertical, este se dobla hacia fuera, con el arco longitudinal del pie hacia abajo.
El dolor de talón también puede ser provocado por el síndrome del túnel tarsiano. “En este caso, el nervio tibial que recorre el pie está comprimido”, dice Schneider.
Entre las causas posibles se encuentran la hinchazón debido a las várices, fracturas óseas o frecuentemente debido a los zapatos que son demasiado apretados o demasiado altos.
Terapia desde enfriamiento hasta ondas de choque
Hasta aquí, los motivos. Para poner fin al calvario en la zona de los pies lo antes posible, es importante contar con el diagnóstico correcto y la terapia adecuada.
En primer lugar, el médico examinará los pies de forma exhaustiva, por ejemplo mediante palpación, radiografía, ultrasonido y resonancia magnética.
En caso de que se diagnostique el factor desencadenante, se estará en condiciones de proceder al respecto. Según Schneider, las compresas frías y los geles antiinflamatorios suelen ayudar con los espolones calcáneos.
En el caso de las compresas frías, dependerá de que se las emplee correctamente. Schneider recomienda: “No se las debe utilizar demasiado frías ni tampoco demasiado tiempo”.
La temperatura será correcta si se ubica entre 10 y 20 grados bajo la temperatura corporal normal de 37 grados. Como máximo, se las debe dejar cinco minutos en la zona y “preferentemente repetirlo una vez por hora”.
Schneider apunta que si las compresas frías, los geles antiinflamatorios y los ejercicios de estiramiento no alivian notablemente las molestias causadas por el espolón calcáneo en una o dos semanas, se vuelve una opción la terapia de ondas de choque.
Para ello se utiliza un aparato especial en el talón, a través del cual ingresan profundamente en el tejido las ondas de choque, y de esta manera deben frenar los procesos inflamatorios.
Según Schneider, la medicación y las taloneras en los zapatos ayudan con la tendinitis de Aquiles, además de las aplicaciones de frío. “La cirugía no suele ser necesaria”, dice el cirujano ortopédico. También en este caso, la terapia de ondas de choque puede aportar un alivio considerable.
Al igual que los ejercicios de estiramiento para los músculos de la pantorrilla. El homeópata Gräber da un ejemplo: apoyarse con los antebrazos en una pared, poner los pies en posición de paso.
Doblar la pierna delantera, para que la pantorrilla se estire en la pierna de atrás. Mantener el estiramiento durante al menos dos minutos y repetirlo unas tres veces.
Ejercicios para reforzar los músculos de los pies
Si la causa del dolor es un pie plano con una flexión lateral del talón, es necesario utilizar plantillas para respaldar el arco longitudinal del pie.
Los ejercicios para fortalecer los músculos del pie son de utilidad. Gräber enumera algunos: agarrar lápices con los pies, levantar cada dedo individualmente o colocar una pelota de tenis bajo los pies y pasarla rodando por toda la superficie de la planta del pie.
Según el cirujano ortopédico Schneider, la cirugía es una opción si el tendón a lo largo de la planta del pie, la llamada fascia plantar, está dañada y necesita ser tensada.
Un síndrome del túnel tarsiano, en tanto, se revela con fuertes dolores nocturnos, que se perciben tanto en el área del pie y también en la pierna, entre la rodilla y el tobillo.
“En este caso el o la paciente reciben una inyección local de anestésico”, comenta Schneider. Entretanto, también se utiliza la cortisona. “Si nada ayuda, entonces se resuelve el nervio comprimido con una operación”, concluye.