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“A pesar de que, en enfermedades como la obesidad, la carga genética juega en contra de cada individuo, la ciencia ha demostrado que se trata de una patología complicada que conjuga muchos factores, uno de los principales es estilo de vida de cada persona”, explica la nutricionista clínica Shirley Cardozo.
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“Al hablar de sobrepeso u obesidad, constantemente escuchamos o afirmamos que algunas personas afirman ser de ‘huesos grandes’, o se identifican con esta enfermedad debido a que toda la familia lo padece, y esto podría ser posible ya que la obesidad y el sobrepeso afecta a casi 2 de cada 3 paraguayos”, explica Shirley Cardozo.
Según la Primera Encuesta Nacional de Factores de Riesgo del año 2011, del Ministerio de Salud Pública, revelaba que el 58% de la población adulta en Paraguay tiene exceso de peso (sobrepeso y obesidad).
En Paraguay, las enfermedades crónicas no transmisibles ocupan las cinco primeras causas de muerte desde el año 2004, y fueron las causantes del 26.6 % de las muertes prematuras en el 2015, es decir, 1 de cada 4 personas fallecieron a causa de estas enfermedades. Por otro lado, de todas las muertes ocurridas en el país, son 10% es atribuibles a la obesidad (2.600 muertes al año asociadas a la obesidad).
Pero acerca de las afirmaciones que se suelen escuchar, comentarios o justificaciones, la nutricionista nos explica que “Uno de los factores condicionantes del peso corporal es la percepción que uno mismo tiene de su imagen. Ésta percepción corporal condicionaría en parte las conductas alimentarias. Las personas perciben tener ‘huesos anchos’ debido al tejido blando y grasoso alrededor de ellos y los músculos.”
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“Algunas personas se identifican con cierto tipo de imagen corporal y afirman “soy de huesos grandes”, “mi familia es de huesos grandes” o “es lo que me toca por herencia”, sin embargo, de allí la importancia de aclarar otros aspectos”.
Por ejemplo, “cada persona tiene un grado distinto de susceptibilidad a la obesidad, unas no cuidan su alimentación ni realizan ejercicio físico y apenas ganan peso; mientras que otras personas tienen que esforzarse constantemente para no engordar.
A pesar de que, en enfermedades como la obesidad, la carga genética juega en contra de cada individuo, la ciencia ha demostrado que se trata de una patología complicada que conjuga muchos factores, el principal es el estilo de vida que lleva cada persona”.
La nutricionista clínica Shirley Cardozo, dice que la buena noticia es que, según la Epigenética podemos modificar la expresión de los genes mediante hábitos saludables. “Esto abre una ventana terapéutica a personas con predisposición genética a la obesidad o a la diabetes para que realicen ciertos cambios de estilo de vida.”
“Esto quiere decir que, podemos tener información genética heredada, pero realizando modificaciones en tu estilo de vida incluyendo alimentación y actividad física tu puedes prevenir el desarrollo de la enfermedad. Una vez más vemos la importancia de adquirir hábitos saludables para una mejor calidad de vida: un descanso adecuado, actividad física moderada, alimentación equilibrada, tener relaciones saludables, pensar en positivo” concluye.
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