Enrica Locatelli recorre las calles de Pilar en compañía de su hermano y sobrinas

PILAR. La mujer llegó el domingo por la mañana al país para conocer a sus hermanos biológicos. Se había separado de ellos, cuando tenía tres meses de vida. Los ciudadanos pilarenses y familiares le dieron un cálido recibimiento a Enrica Locatelli, que luego de 40 años de vivir en Italia pisó su tierra natal.

Enrica Locatelli, en compañía de sus hermanos, sobrinos y un centenar de personas que le acompañaron en su llegada.
Enrica Locatelli, en compañía de sus hermanos, sobrinos y un centenar de personas que le acompañaron en su llegada.

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En la mañana de hoy, salió a caminar por las calles de Pilar en compañía de su hermano y sus sobrinas. Fueron de compras y posteriormente conoció los lugares históricos de la ciudad. Enrica fue adoptada cuando apenas tenía tres meses de vida, por una pareja de italianos que se encontraba trabajando en la fábrica de bicicletas “Ciclo Mecánica” de Pilar.

La mujer comentó en exclusiva a ABC, que ella misma fue quien encontró dentro de los documentos que su padre adoptivo guardaba en una valija, que ella era oriunda de la ciudad de Pilar. Explicó que le dio curiosidad que ella figuraba como nacida en Asunción, pero que en todas las cartas que recibía, su padre, era de Pilar. Entonces, comenzó a investigar, y consultó con una su tía, si ella nació en Pilar, y la misma le aseguró que sí.

Agregó que escarbando más documentos, encontró en los apuntes del Señor Locatelli, cuánto dinero había entregado por ella al sacerdote Atilio Cordioli, para la adopción. Dijo que tiene las facturas y recibos del pago por la adopción, lo que ella considera legal.

Sostuvo que no tiene miedo y que seguirá con su investigación hasta saber la verdad. Añadió que de ahora en más iniciarán la búsqueda de su hermano mellizo (Digno) porque creen que sigue vivo y tienen la esperanza de encontrarlo.

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El comienzo de la historia

Todo comenzó en lugar llamado Lodo ry, compañía Costa Rosado, distrito de San Juan de Ñeembucú, ubicado hacia el este de la capital departamental, Pilar.

En este lugar vivía doña Virginia Benítez, ya fallecida, quien en el año 1981 dio a luz a un varón y a una niña (mellizos), una pequeña a quien se le puso de nombre María Digna (Enrica Locatelli) y al varón, Digno.

Luego del parto doña Virginia se enfermó y tuvo que ser trasladada hasta el Hospital Regional de Pilar, donde quedó internada.

Teodora Benítez, hermana de Virginia Benítez, comentó que ella había acompañado a su hermana hasta el Hospital Regional, para cuidar de los mellizos, y junto a ella se encontraba su sobrina Baldomera Benítez, quien en ese tiempo tenía alrededor de 15 años.

Relató que pasaron los meses, y una tarde luego que ella fuera a lavar ropas en el río Paraguay, a su regreso se encontró con el sacerdote Atilio Cordioli (italiano), quien en compañía de una enfermera de constitución robusta fueron supuestamente a decirle que le entreguen a la niña recién nacida, y que le buscarán un hogar para vivir mejor.

Doña Teodora aseguró que la niña fue entregada al sacerdote Cordioli, y este le había prometido que le traerá a la niña para que le vuelva a ver, pero que tal cosa nunca ocurrió. Benítez aún vive en Costa Rosado y espera ansiosa volver a ver a quien sería su sobrina María Digna (Enrica Locatelli).

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