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“Esta sequía ha golpeado a todos los productores y siendo honestos no existe ningún producto mágico que pueda salvar un cultivo que no ha recibido lluvia. Sin embargo, nosotros hemos realizado una prueba en la zona de Choré, departamento de San Pedro, en donde con el uso de los microorganismos en los cultivos se ha logrado atenuar el problema”, explicó el profesional.
“La prueba fue realizada en tres parcelas de cultivo de soja tratada con EM1 versus las parcelas a su lado sin el tratamiento. Pudimos observar las siguientes diferencias: mayor desarrollo de tallo y raíces, lo que le facilita absorber más nutrientes, importante presencia de nódulos y muy buena cantidad de hojas y mayor desarrollo. En cuanto a la producción, las plantas tratadas presentaron vainas más gruesas y con buen llenado de granos”, según el informe presentado a su vez por el Ing. Samuel López, quien se encargó del trabajo a campo durante los cuatro meses que duró la observación.
Sin enfermedades
El Ing. Martínez explicó que las semillas de soja fueron inoculadas con el EM1 y también el suelo en donde se sembraron, y tampoco se observaron enfermedades fúngicas y ataque de nematodos. “Nuestra intención es demostrar que se trata de una herramienta más para los productores basada en el uso de microorganismos eficientes y que cumple con los requisitos se sustentabilidad y cuidado del ambiente”, finalizó el directivo de Tecnoempar.