Sitio único en la historia de la Guerra del Chaco va a desaparecer por robo

El museo a cielo abierto “Cesar López de Filippi” está en el Km. 180 de la ruta Bioceánica, que une las ciudades de Loma Plata y Carmelo Peralta. Ingresar al museo a cielo abierto es emotivo por el recuerdo que evoca de la Guerra del Chaco. Lamentablemente el sitio se encuentra en grave peligro: es objeto de robos y no hay vigilancia

Un antiguo tractor, que fue propiedad de la empresa Carlos Casado SA, fue utilizado por las tropas paraguayas.
Un antiguo tractor, que fue propiedad de la empresa Carlos Casado SA, fue utilizado por las tropas paraguayas.

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El museo a cielo abierto “César López de Filippis” se encuentra en el kilómetro 180 de la ruta Bioceánica, en el distrito de Puerto Casado, departamento de Alto Paraguay.

El lugar es fácil de identificar porque se montaron carteles de gran porte que indican el sitio; para acceder basta con ingresar por un portón giratorio, ubicado al costado de un antiguo puesto de vigilancia.

El predio es propiedad de una familia de colonos menonitas, quienes informaron al Ministerio de Obras Públicas la existencia de un cementerio de vehículos de tiempos de la Guerra del Chaco, dentro del inmueble.

El MOPC y la Secretaria Nacional de Turismo trabajaron en la puesta en valor, señalización e identificación de sitios dentro del sector.

El trabajo realizado por ambas instituciones es bueno y hoy se puede recorrer en condiciones seguras un circuito de siete kilómetros de extensión, aproximadamente.

Las piezas del museo son únicas. El sitio debe cerrarse hasta contar con vigilancia.
Las piezas del museo son únicas. El sitio debe cerrarse hasta contar con vigilancia.

Un sitio extraordinario

El museo es un sitio extraordinario y lleva con justicia el nombre de César López de Filippis, quien cayó heroicamente en la batalla de fortín Centeno, en noviembre de 1933.

Antes de la localización del lugar, en todo el Chaco era una suerte de leyenda la existencia de un cementerio de vehículos bolivianos, pero se pensaba que podría estar ubicado en la zona del Pilcomayo que era el sector de soporte logístico de las tropas andinas.

El museo a cielo abierto es simplemente extraordinario. En el lugar se puede dimensionar la magnitud que tuvo el fortín en tiempos de la guerra.

El sendero permite adentrarse en medio del bosque e ir observando la infraestructura que resistió al paso del tiempo y disfrutar de vestigios que llegaron a nuestros días. Un museo es siempre fuente de aprendizaje.

Al finalizar la contienda con Bolivia el sitio quedó abandonado. El monte se adueñó del lugar y le brindó cobijo.
Al finalizar la contienda con Bolivia el sitio quedó abandonado. El monte se adueñó del lugar y le brindó cobijo.

Robo de piezas

Increíblemente, el museo a cielo abierto no cuenta con ningún tipo de vigilancia. Nadie cuida el extraordinario patrimonio que llegó a nuestras manos.

La protección que brindó el monte a lo largo de 87 años llegó a su final: ahora toca el turno a las autoridades nacionales, departamentales y municipales.

Nuestra compañera de tareas en Filadelfia, Natalia Ortiz, confirmó que el robo de piezas es el principal problema en el lugar.

Dijo: “En cada oportunidad que vengo al lugar se ven menos piezas. Se está robando y no hay control”.

El museo tiene que cerrarse hasta garantizar que se tenga una vigilancia acorde con la importancia del lugar. De última, se establece días y horarios de visita, en coincidencia con la presencia de personal que garantice la seguridad del lugar.

Resulta inadmisible que siga en las condiciones actuales, con la rapiña de bienes que pertenecen a la nación.

No podemos perder el cementerio de vehículo de la Guerra del Chaco.

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