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En contacto con ABC AM 730, el ingeniero Óscar Vega dijo que ya hay faltante de locote y lechuga, entre otros. Manifestó que con casi 46°C que se registraron en el área de producción es difícil mantener la plantación. Lo otro, y no menos grave, es la falta de precipitaciones. Para Vega, la lluvia es mucho más recomendable que un sistema de riego.
El panorama es desfavorable, pues si luego de dos o tres semanas sigue sin llover, la producción sería muy escasa o nula en algunos puntos del país.
Las pérdidas para los productores
De acuerdo a la forma de trabajo y la infraestructura de cada uno, el resultado negativo no será tan impactante o por lo menos algo controlable.
El 60% de los horticultores de su zona tiene tecnología, como plantación en invernadero, malla media sombra, riego o pozo artesiano. Sin embargo, el 40% restante no tiene las condiciones y su producción se echó a perder en algunos sectores en un 100% y en otros hasta un 50%. “En vez de sacar 8 kilos por cada planta, sacan 4 kilos”, resaltó.
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La estrategia que recomienda para salvar la producción
Ante una proyección desfavorable y la falta de certeza, Vega aconseja que no se plante en gran cantidad porque el riesgo de pérdida es mayor. Si por ejemplo se plantan 1.000 o 10.000 productos, lo ideal es que se tenga la capacidad para regar y cuidar bien esa cantidad. Pide que se focalice de acuerdo a la disponibilidad de agua.
Si bien se pueden tener pérdidas económicas, aquel productor que haga un manejo preciso de su huerta podrá sacar al mercado una buena producción y ganar pese a la situación climática.
Argentina también atraviesa lo mismo
Comentando casos en la región, salta el de Argentina y sus precios. Vega señaló que el país vecino no tiene mucha producción y lo poco que tiene cuesta más caro. Por el cambio monetario prefiere enviar a Brasil que a Paraguay. “Aquí sigue entrando de manera ilegal”, indicó.
Sequía golpea el bolsillo del comprador final
El problema se observa en los conocidos como “verdeos”. La docena de lechuga de G. 8.000 ahora pasó a costar G. 40.000. Comerciantes del Mercado Central de Abasto comentan que el calor está destruyendo gran parte de los productos.
La escasez también es notoria en cuanto al tomate y locote. Ante esto, los vendedores deben fijar precios altos porque cuesta encontrarlos, dicen. La mandioca es otro alimento cuyo precio subió: de costar G. 80.000 cada bolsa, ahora trepó a G. 150.000.
El futuro cercano no es para nada positivo, pues las lluvias que Meteorología anuncia serían más regulares recién en marzo.
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