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Equipos y obras que no cumplían con los requisitos técnicos establecidos en los contratos, trabajos que fueron recibidos sin que estuvieran terminados. Estas son tan solo algunas de las irregularidades varias detectadas en una auditoría de obras realizada por la CGR a la Dirección Nacional de Aeronáutica Civil (Dinac) y a la que tuvo acceso ABC Color
La Dinac recibió el 28 de diciembre la Comunicación de Observaciones y tenía cinco días hábiles para remitir las respuestas.
En concreto, la auditoría de obras revisó las compras y trabajos realizados para los das terminales aeroportuarias más importantes del país: el Aeropuerto Internacional Silvio Pettirossi (AISP) y el Aeropuerto Internacional Guaraní (AIG), este último ubicado en Minga Guazú (Alto Paraná).
No entregaron todo
La CGR detectó que la firma Avalon SA, vinculada a Omar Jaén Bohorques, no entregó todos los equipamientos y trabajos que debía haber realizado en el AIG.
Jaen Bohorques estuvo ligado a pagos de sobornos a autoridades de la Dinac años atrás. Lo que quedó incluso registrado ante una escribana.
Avalon fue adjudicada en la licitación “Adquisición de Ayudas Visuales para el AIG”. Este proceso fue cuestionado varias veces en publicaciones de ABC y la CGR confirmó una serie de irregularidades.
El ente de control señala que “se constató la certificación y pago de cantidades de obra diferentes a las realmente ejecutadas”. Es decir, la Dinac pagó por equipos que directamente no recibió o que recibió en menores cantidades de lo que se había establecido.
Recibieron sin terminar
El informe también hace referencia a las obras de ampliación del AISP, en Luque. Esta obra está a cargo de la firma Estructura Ingeniería SA (EISA), propiedad de Alberto Palumbo, amigo del vicepresidente de la República, Hugo Velázquez.
La firma EISA también formó varios consorcios con la superproveedora sancionada Engineering SA.
Una verificación in situ de la Contraloría reveló que la Dinac autorizó pagos y certificó obras que supuestamente ya habían sido entregadas en su totalidad pero que estaban lejos de ser terminadas.
Por ejemplo, en un sector del nuevo espigón del Silvio Pettirossi se encontró un pabellón sin cielo raso, artefactos eléctricos y zócalo. Sin embargo, en los documentos hicieron figurar que esa misma zona ya había sido totalmente terminadas.
Las irregularidades son varias y le costaron millones al Estado.