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Tras un año de pausa por la pandemia de la Covid-19, el Grupo Tradicional San Baltasar de Kamba Cua vuelve a realizar su tradicional festival para rendir tributo a su santo patrono. Este evento es conocido por sus tradicionales bailes, y vestimenta de color rojo y amarillo que caracterizan a esta comunidad de afrodescendientes que hace dos siglos se asentó en la zona norte de Fernando de la Mora.
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Adolfo Bogarín, presidente de la agrupación San Baltasar, explicó que esta actividad se genera a puro pulmón y el resultado es una satisfacción de toda la comunidad. Añadió que se contabilizó aproximadamente unas 800 personas que vinieron a disfrutar del evento. “Tiene como fin preservar nuestra cultura y tradición afro paraguaya”, expresó.
Momento artístico
En total se prepararon tres grupos de bailarines que danzaron para el público al son de los tamboriles con el contagiante ritmo afro. El primer grupo fue el de los niños y niñas, que con su corta edad mostraron en el escenario la vibrante danza.
Otros dos grupos más se presentaron, el grupo de los adolescentes y los adultos, que llevan años practicando la danza que identifica a la comunidad afro de Fernando de la Mora.
También se contó con la participación de la cantante Tina Grance, el Rey Portillo, el loco bueno del acordeón; el requintista Rodney Ramírez, el grupo Herencia, el dúo cómico Jagua ha Pirãi, y la Retrocumbia.
Lourdes Díaz, coordinadora del evento, comentó que este año les costó llevar adelante la actividad por la falta de apoyo económico. Sin embargo, a pesar de las adversidades lograron seguir adelante con un trabajo logístico que calificó de impecable.
“Costó llevar adelante, porque no conseguimos muchos auspiciantes. Solo recibimos apoyo de la Municipalidad de Fernando de la Mora, y el Fondo Nacional de la Cultura y las Artes (Fondec). Aún así estamos muy agradecidos a todos los que nos apoyan”, dijo Lourdes Díaz.
Tamboriles y su elaboración
Los tamboriles utilizados por los percusionistas, fueron cuidadosamente elaborados por las manos de Dominga Medina, una afrodescendiente paraguaya, que tiene su taller en donde trabaja la madera de pino, que previamente pasa por el proceso de hervor durante cuatro horas para que finalmente se pueda ser maleable y pueda convertirse en un tambor.