Cargando...
El juicio “Roberto Lezcano Martínez y otros sobre tráfico de drogas y otros” a cargo del Tribunal de Sentencia presidido por María Luz Martínez e integrado por Darío Báez y Víctor Alfieri concluyó el jueves último con la condena de ocho policías y dos civiles a penas de 3 a 14 años.
Lea más: Ordenan cárcel para seis policías y dos choferes por tráfico de drogas
El suboficial mayor Roberto Lezcano Martínez (quien tiene una condena de 15 años de cárcel por extorsión a la empresaria Tanya Villalba) fue sentenciado a 14 años de cárcel, al igual que el narcotraficante Joel Leiva Acosta.
El suboficial 1° Osmar Eustaquio Zaracho y el oficial inspector Francisco Díaz Ibarrola fueron condenados a 13 y 11 años de cárcel, respectivamente. El subcomisario Edgardo Acosta y el oficial 1° Darío Pinienta Estigarribia recibieron penas de 5 años de cárcel , mientras que el oficial inspector Hugo Ortiz y el narco José Manuel Sugo Dafonte fueron sentenciados a 4 años, 7 meses y 26 días de cárcel.
Las penas más bajas fueron de 3 años, para el suboficial mayor Cirilo González Carmona y el suboficial inspector Marcial Flores Gauto.
Lea más: Condenas de 3 a 14 años para policías y narcotraficantes
Inteligencia para el “apriete”
La acusación formulada por la agente fiscal Lorena Ledesma revela que el suboficial mayor Cirilo González Carmona, que prestaba servicios en el departamento de Inteligencia de San Pedro, tomó conocimiento de que un cargamento importante de droga se movería de depósito, el 9 de mayo de 2017.
González avisó a su superior, pero como la oficina estaba fuera de funcionamiento ya, le ordenó que alerte al Departamento de Antinarcóticos. Sin embargo, el suboficial mayor también avisó de esto al suboficial mayor Roberto Lezcano Martínez, de la Brigada Central, y este al subcomisario Edgardo Acosta.
Ya el 10 de mayo de 2017, a las 3:00, salió de General Resquín, San Pedro, un camión Scania con patente CBK 120 y acoplado con chapa AXT 400, llevando una carga de 366 panes de marihuana, cuyo peso fue de 8.621 kilogramos. Al mando del tractocamión estaba José Manuel Sugo Dafonte.
Iban como punteros del Scania, en un automóvil Kia Río blanco, con placa CCK 261, Joel Leiva Acosta, quien estaba acompañado del suboficial primero Osmar Eustaquio Zaracho, quien prestaba servicios en la Jefatura de Policía de San Pedro.
Mediante datos de inteligencia que aportó Cirilo González, el camión fue evitando los distintos controles policiales al tomar las siguientes rutas: de General Resquín se dirigió hacia Guayaibí, de ahí hasta Santaní, luego fue hasta 25 de diciembre, posteriormente se trasladó a Arroyos y Esteros, de ahí a Tobatí, luego Caacupé, después Pirayú, hasta Paraguarí para ir hasta Misiones.
Inicio de la operación
Siendo las 6:52 del 10 de mayo de 2017, el suboficial mayor González se comunicó nuevamente con el suboficial mayor Lezcano, quien estaba en una camioneta Toyota Hilux beige, para espere a la entrada de Paraguarí.
De esta forma se inició la ejecución de un plan criminal que tenía como objetivo dar seguimiento, interceptar, retener y luego solicitar dádivas al dueño del cargamento de marihuana.
A las 7:03 el subcomisario Acosta, recibió una llamada telefónica de Lezcano, y a partir de ese momento fue el encargado de dar licitud al operativo de “apriete” con la preparación de una nota de servicio para Paraguarí. Además, por pedido de Lezcano, ordenó al oficial primero Darío Pinienta, al suboficial inspector Francisco Díaz que se trasladen a San Ignacio.
A las 9:21, Lezcano se comunicó nuevamente con Cirilo González y este último le consulta si ya habían agarrado al camión Scania, porque en la ciudad de Villa Florida ya retuvieron en un auto de color rojo. Sin embargo, Lezcano le aclara que ellos están en una camioneta.
Posteriormente, a las 9:34, el suboficial inspector Francisco Díaz realizó una llamada a su novia para avisarle que estaban llegando a Villa Florida y que retendrían un camión con droga que tenía como destino a Ayolas. Además, de cómo consiguieron la información relacionada a la carga y cuál era el plan.
Más tarde, a las 10:21 Roberto Lezcano se comunicó con el oficial inspector Hugo César Ortiz Rodríguez, de Antinarcóticos, para intercambiar información respecto a la ubicación del camión, a modo de identificarlo y luego retenerlo. La participación activa de Ortiz se configuró desde este momento.
Siendo ya las 10:27, Lezcano vía telefónica le consultó a Ortiz si ya había alcanzado el camión; luego a las 10:33 es Lezcano quien se comunica nuevamente con el agente de Antinarcóticos y le avisa que ya tiene controlado el camión.
Lezcano, que seguía todo desde la camioneta Toyota Hilux, se comunica a las 10:51 con Francisco Díaz y le ordena que suba al camión, lo ponga en marcha y se dirija a la ruta sin comunicar a nadie. En caso de que falte combustible que le cargue porque van a hacer la negociación. Lezcano dio orden precisa de que solo se comunicarán entre ellos y que nadie debía saber, pues si una patrullera se acercaba estarían en problemas. Díaz también tenía ordenado que el chofer, José Sugo, evitar que se comunique con alguien.
Ya a las 11:04 el camión estaba retenido, en ese momento Edgardo Acosta le dijo a Roberto Lezcano que su área es solo hasta Yaguarón, por lo que le pide no alejarse más allá de Paraguarí hasta llegar a un acuerdo con el dueño de la carga, con quien tuvieron contacto mediante Sugo Dafonte.
Con la negociación en marcha, a las 11:09, Roberto Lezcano se comunicó por celular con su pareja y le pidió que encienda una vela porque ya tiene el objetivo. A las 11:46, se da otra comunicación de Francisco Díaz y Roberto Lezcano, después a las 12:04, Díaz que estaba en el Scania, volvió a llamar a Lezcano para decirle que esperaba la solución.
Horas más tarde, específicamente a las 14:40, Díaz se comunicó con Lezcano, pero el que atendió la llamada era Edgardo Acosta, que ya estaba en la Toyota Hilux acompañando a Lezcano. Acosta mencionó que ya están por juntar todo el producto. A las 15:23, es Lezcano quien devuelve la llamada a Díaz y le pide que esté alerta por si aparece algún vehículo sospechoso.
Interrupción
Agentes Especiales de la Unidad de Investigación Sensitiva SIU-Senad, mientras se realizaban las negociaciones entre policías y narcotraficantes, estaban interceptando las llamadas telefónicas. Esa así que, a las 15:35 la negociación fue interrumpida y el camión interceptado por un grupo de agentes de la Senad en el kilómetro 210 de la ruta 1, frente al silo “Agro Alianza SA”, en San Juan.
En ese punto fueron aprehendidos el conductor del Scania José Manuel Sugo Dafonte que estaba acompañado de Francisco Díaz, quien era el que le impartía las directrices.
Más adelante, en el kilómetro 217 ya casi en San Ignacio Guazú, se encontró la Toyota Hilux beige al mando de Roberto Lezcano, que estaba con Edgardo Acosta, Dario Pinienta, y Hugo César, así como el automóvil Kia guiado por Joel Leiva en compañía de Osmar Zaracho.
Ortiz recién labró acta y comunicó del hallazgo de la droga a las 16:40 al fiscal Raúl Agüero, siendo que el procedimiento de la Senad inició a las 15:35. Este estuvo en pleno conocimiento del plan de los policías, desde las 10:00 cuando recibió la llamada de parte de Roberto Lezcano.
Hallazgos
Los policías tenían la disponibilidad de la carga transportada, desde el momento en que la interceptaron hasta la intervención de la Senad. En ese lapso se llevó a cabo la retención, negociación y la escolta de la carga tras el pago de una suma de dinero a los agentes.
De esta forma, tras culminar los operativos, se encontró en poder de Roberto Lezcano la suma de G. 3.050.000, además de G. 24.000.000; en poder de Francisco Díaz, se encontró la suma de G. 5.980.000, Bernardo Pinienta tenía la suma de G. 2.595.000.
Intentó desaparecer evidencias
El suboficial inspector Marcial Flores Gauto, se vio involucrado también pues a las 21:27, cuando ya todos estaban aprehendidos y a disposición en la Jefatura de Policía de Misiones, recibió la llamada del suboficial mayor Roberto Lezcano, quien le impartió directrices para que lleve y le entregue la suma de G. 24 millones y dos celulares a su esposa, a quien también le indicó que una vez que reciba los aparatos, destruya los chips.
Dilataron auxilio y falsearon datos
En la madrugada del 2 de enero, la joven Dexcy Monges Silva, de 16 años, circulaba en una motocicleta por una calle de Santa Rosa del Aguaray, cuando fue embestida frontalmente por un automóvil Chevrolet, al mando de Arnaldo Garcete Estigarribia.
El reporte policial refiere que el accidente ocurrió a las 03:00 y que la joven hizo una maniobra indebida, motivo por el cual el conductor, que se encontraba solo, no pudo evitar el percance. Según el informe, los agentes acudieron al lugar tras recibir una llamada en la comisaría.
Lea más: Muere víctima del accidente de tránsito donde policías falsearon datos
Sin embargo, cámaras ubicadas en la zona dejaron en evidencia la falacia del informe policial. En el video se ve que el accidente ocurrió a la 01:20 y que el conductor del vehículo -que iba con otras personas- circulaba a contramano.
El accidente ocurrió frente a tres uniformados que realizaban un control policial de dudosa legalidad y que demoraron unos 20 minutos en auxiliar a la joven, que falleció cuatro días después.
Tras conocerse el video, los agentes Wilson Prieto, Fernando López y Héctor Estigarribia y el comisario Serafín Marecos fueron apartados de sus cargos.
Ni siquiera hay sumario por agresión
El lunes 3 de enero se hizo viral el video donde dos policías de Limpio forcejean con el abogado Blas Antonio Bomblan dentro de su vehículo, cuando el mismo regresaba de Villarrica con su hijo menor de edad. La intervención policial se produjo debido al supuesto uso excesivo de la bocina por parte del letrado, al parecer molesto por la demora de un cortejo fúnebre.
Ante la negativa de Bomblan de descender de su vehículo, los agentes forcejearon con él para bajarlo del vehículo, acción filmada por su hijo menor de edad, que fue conducido con el letrado a la comisaría.
Lea más: Esta es la versión del conductor agregido por el comisario Lidio Castiñeira
Bomblan denunció que a los agentes se sumó posteriormente el comisario Lidio Castiñeira, quien le habría golpeado en el trayecto a la comisaría.
Los agentes le denunciaron por “resistencia”, y el letrado, quien reside en la Argentina, tuvo que aceptar la salida procesal más rápida para poder regresar al vecino país por cuestiones laborales, el criterio de oportunidad. Ni uno de los policías involucrados ha sido sumariado.