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En marzo de este año se frustró un plan de fuga masiva en la cárcel de Pedro Juan Caballero. Los guardias dieron la alerta porque los reclusos, integrantes de un grupo criminal de Capitán Bado, lograron cortar barrotes de una celda. Trabajos de inteligencia propiciaron el descubrimiento e incautación de explosivos que estaban colocados en los muros.
Ese mismo mes, se confirmó también el hallazgo de un túnel de importantes dimensiones en la penitenciaría de Tacumbú, que pasaba por debajo de la iglesia Nuestra Señora de La Merced. La información proveída por inteligencia indicaba que era parte de un plan de fuga masiva por parte de miembros del clan Rotela. Dentro del túnel se encontraron cables y soportes de madera, señal de que los internos trabajan incluso de noche. El túnel era parte del plan de fuga de Orlando Efrén Benítez, quien ya fue trasladado a la Agrupación Especializada, por seguridad, hecho que había originado un violento motín en febrero.
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En agosto de este año, cuatro peligrosos miembros del PCC recluidos en la cárcel de Pedro Juan Caballero intentaron trepar las paredes del penal para llegar a la calle, pero fueron detenidos previamente. Además, cayeron también dos guardiacárceles por colaborar con los delincuentes. Los mismos habían sido desvinculados de la institución por hechos de corrupción cometidos previamente, pero consiguieron ser contratados por una empresa privada de seguridad que prestaba servicio en el penal. Previamente, información de inteligencia alertó el plan, por lo que se reforzaron los controles, hecho que permitió encontrar que se había cortado una parte del alambrado perimetral.
Los guardias detenidos se encontraban custodiando el perímetro, y cuando fueron aprehendidos tenían en su poder sogas para que los internos crucen al otro lado.
El 4 de agosto, se descubrió un plan de fuga que estaban tramando los miembros del PCC recluidos en la Penitenciaría Regional de Encarnación. Se tuvieron en cuenta algunos indicios como rajaduras en las estructuras del pabellón, como así también la humedad que había en uno de los sectores. Desde que se recibió información de inteligencia los guardias del penal empezaron a realizar revisiones más intensas, además de las requisas. Finalmente, durante una inspección general se encontró un túnel que se encontraba en una fase inicial de excavación.
El 23 de octubre, fue frustrado otro intento de fuga en la Penitenciaría Regional de Encarnación, gracias a la activación de una alerta que permitió la movilización de efectivos policiales en horas de la noche.
A finales de noviembre, se evitó la fuga de internos de PCC recluidos en la penitenciaría de Coronel Oviedo. El plan fue abortado luego de que fuera hallado un vehículo robado en San Lorenzo, en las inmediaciones del penal. Inteligencia policial alertó que el vehículo sería utilizado para la fuga de uno de los reclusos, quien es parte del grupo criminal Primer Comando Capital (PCC) .
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Otro caso llamativo ocurrió en la penitenciaría de Villarrica, en agosto de este año. Mediante un trabajo coordinado entre el Ministerio de Justicia, la Policía Nacional y el Ministerio Público, se evitó un asalto a una sucursal del BNF ubicada en dicha ciudad. Fue interceptada un sobre -con las indicaciones para el ilícito- que iba dirigido a un preso del penal de esta ciudad, quien está recluido por un atraco perpetrado al mismo local bancario en 2012. El plan de asalto abortado tendrían también incluida una tentativa de fuga del penal, indicaron los informes de inteligencia.
Finalmente, esta madrugada, mediante un trabajo conjunto entre el Ministerio de Justicia y la Policía Nacional, se realizó una requisa en la Penitenciaria Regional de Villarrica, debido a informaciones que alertaban sobre un inminente intento de fuga de cuatro personas privadas de libertad consideradas de alta peligrosidad. Los mismos fueron separados y trasladados por seguridad a otros establecimientos penitenciarios.
A principio de diciembre el Congreso aprobó la extensión de la Ley de Emergencia Penitenciaria, hecho que permite que continúen la Policía Nacional y las Fuerzas Armadas para seguir reforzando la seguridad de los penales.
Trabajo de inteligencia penitenciaria
A finales de noviembre, durante un evento de alto nivel en el salón auditorio del Palacio de Justicia de nuestra capital, se firmó un protocolo para la implementación de un Comité Técnico Interinstitucional (CTI) en Medias Alternativas a la privación de libertad y un protocolo sobre CTI en Inteligencia Penitenciaria. Esto ha sido posible gracias al trabajo en el fortalecimiento de la articulación entre los actores de la cadena penal que el Ministerio de Justicia logró mediante el apoyo del programa de la Unión Europea EL PAcCTO, indicaron desde el órgano de Justicia.
El CTI en medidas a la privación de libertad, orientará y validará las propuestas de grupos de trabajos relacionados, reforzará una gama amplia de medidas alternativas para adaptarse a públicos distintos, para aumentar el número de decisiones de medidas, sensibilizar la toma de decisiones y a los actores que facilitan el desarrollo de las medidas.
El CTI en Inteligencia Penitenciaria tiene el objetivo de fortalecer los mecanismos de Inteligencia Penitenciaria, estableciendo normas para el manejo de la información penitenciaria y el intercambio de informaciones con los otros actores de la cadena penal, insumo imprescindible para un abordaje multidimensional de la investigación criminal.
Intentamos obtener la versión de los abogados Tarek Tuma y Alcides Cáceres, defensores de Francisco Griñó, pero no fue posible conseguirlo.