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El arroyo Mburicaó dejó de ser una opción recreativa que aplaque el intenso calor que se vive en estos días, debido a su alta contaminación. Todo tipo de desechos se vierten al cauce ante la desidia de autoridades ambientales, como el Ministerio del Ambiente y Desarrollo Sostenible (Mades) y la propia Dirección de Ambiente de la Municipalidad de Asunción, que están en pleno conocimiento del hecho desde hace años.
Si bien se han ejecutado varias intervenciones sobre el cauce, especialmente por parte del Mades –que tiene como ministro a Ariel Oviedo–, hasta el momento no se registran avances para su recuperación ni acciones penales por parte de la Fiscalía del Medio Ambiente.
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La última fiscalización tuvo lugar el 2 de noviembre, cuando se extrajeron muestras, específicamente a la altura de la avenida España. En la ocasión, técnicos fiscalizadores y de laboratorio del Mades nuevamente constataron –tal como años anteriores– la descarga de cloaca cruda, es decir, sin tratamiento previo, al referido cauce.
La mayor descarga de efluentes proviene de un caño de 400mm de la Empresa de Servicios Sanitarios del Paraguay (Essap). Al respecto, desde el Mades respondieron hoy que el ente sanitario ya se encuentra con sumario abierto y que se aguardan informes de las unidades de Recursos Hídricos y de Control para dictaminar las medidas a tomar. Essap no es la única que contamina el arroyo en forma alevosa, pero en teoría debe tratar los desechos cloacales antes de vertirlos al Mburicaó.
La Essap, que en noviembre prometió subsanar el hecho en 60 días, aún no lo hizo. Recién hace 10 días confirmó el llamado a licitación para avanzar con las obras de los colectores cloacales a la altura del arroyo Mburicaó, sobre España.
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La conexión de las tuberías y otros trabajos para que los efluentes desemboquen en un aliviadero o registro a 700 metros de este lugar costará G. 1.200 millones. Según Essap, cuyo titular es Natalicio Chase, el actual vertido corresponde a una obra inconclusa de la administración anterior, ejecutada con fondos del Banco Mundial.
Mientras, con todo tipo de desechos que el arroyo recibe a su paso por la capital del país, las aguas del Mburicaó desembocan completamente negras en la Bahía de Asunción y, por ende, en el río Paraguay. Imágenes tomadas con un dron por ABC dejan a la vista cuán oscuras son las aguas de este cauce hídrico cuando se mezclan con las del río.