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Los estudiantes relataron que a través de una resolución la institución dispuso el cobro de G. 250.000 por el uso de las TIC, pese a que ya que la cuota fue establecida para la modalidad a distancia. Dijeron que en las clases virtuales llegaron a haber más de 100 alumnos, cosa que no se podía dar en modo presencial.
José Pérez, uno de los afectados, indicó además que solicitan a las autoridades la revocación del incremento del 15% en las cuotas a partir del 11 de cada mes, y que se mantenga el monto en todas las carreras. Además, piden una capacitación a los docentes para la utilización de la plataforma que es utilizada para el desarrollo de las clases, puesto que debido a la falta de práctica por parte de los docentes se vieron muchas falencias en el desarrollo de las clases virtuales.
“Fácilmente podíamos entrar en la clase más de 80 alumnos, y esto en una clase virtual no se podía hacer, porque las aulas del edificio no dan para que entre tanta cantidad de alumnos como ocurrió en las clases virtuales. Además, somos de diferentes carreras y compartimos un solo docente. Esto nos hace presuponer que evidentemente tuvieron una notable ganancia, y encima nos quieren sacar hasta el último queriendo cobrarnos un arancel en concepto de tasa tecnológica”, reclamó el alumno.
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Denuncia en otras filiales
Las denuncias se dieron en las distintas sedes a nivel país, y los estudiantes se mantienen en la misma postura de solicitar la cancelación del aumento de los aranceles y también de la multa por el pago tardío de las cuotas.
Relataron que estos reclamos lo hicieron llegar a las autoridades de la universidad, sin embargo, hasta la fecha no han logrado una respuesta. Los alumnos dijeron que temen que las clases acaben y en definitiva sean obligados a pagar por un servicio que recibieron a medias.
“Somos una privada”
En representación de la Universidad, la presidenta del Consejo, Dra. Emma Paoli, dijo estar sorprendida por el reclamo que realizaron los estudiantes. “Nosotros tenemos gastos administrativos que cubrir, no somos una universidad pública, somos una privada y por supuesto que podemos tomar decisiones si creemos conveniente. La aplicación que pusimos a disposición de los Estados Unidos, es la mejor de todas, y tiene un costo de G. 250.000 por alumno por año, que lo fraccionamos en cinco cuotas”, manifestó.
Dijo, además, que también que decidieron mantener el costo de la cuota de las carreras, y cobrar por gastos administrativos a partir de la fecha 15 de cada mes para que los alumnos cumplan con la obligación del pago de sus cuotas. Argumentó, que muchos no pagan en fecha y que la universidad se ve obligada a cubrir el salario de los docentes, cubrir gastos de personales, y administrativos.