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Don Carlos, después de 32 años, terminó sus estudios en el Centro de Recursos para Jóvenes y Personas Adultas de este municipio. El mismo comenta que había abandonado el colegio por culpa del alcoholismo.
Dijo: “hoy me siento feliz por terminar mi colegio después de 32 años de haber abandonado los estudios secundarios”. Instó a los jóvenes a estudiar por lo menos para aprender, porque para trabajar no hay nada que hacer en nuestro país.
Su finada madre Petrona de Ayala le pedía a que deje sus vicios y continúe sus estudios; un día decidió ir a participar en una reunión de Alcohólicos Anónimos en Asunción y logró recuperarse gracias a la ayuda de la hermana Regina Sian.
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La religiosa al enterarse que en este distrito había varias personas que cayeron en el vicio del alcoholismo propuso a Don Carlos abrir un local de AA, que este año cumplió 15 años de presencia institucional en la comunidad, relató Don Carlos.
Ese redireccionamiento de su vida le sirvió para ser hasta ahora coordinador de dicha organización de AA local, donde acuden varios jóvenes y adultos en busca de la recuperación del alcoholismo, indicó.
Después de su recuperación se casó con María Beatriz Barrios con quien tuvo tres hijos. Posteriormente, fue invitado por el Padre Wilson Garay, quien se desempeñaba como párroco de la iglesia local, para acompañarle en sus labores pastorales.
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Manifestó que servir a Dios desde donde le toque, es una responsabilidad que tiene como laico comprometido, que si estudia para ser diácono le permitirá bendecir bodas, pero lo que no podrá hacer es celebrar la misa.
Actualmente, en horas de la mañana trabaja en la parroquia local y en horas de la tarde y noche se desempeña como celador en la Facultad de Ciencias de la Universidad de Villarrica del Espíritu Santo(Unves), con sede en este distrito.