Tecnología diferenciada para producir soja en campos bajos

La producción ganadera o agrícola en campos bajos o inundables hasta hace pocos años era complicada. El ingeniero agrónomo Sebald Hahn explica cómo están produciendo soja y otros cultivos en la zona de Artigas, con un manejo diferenciado del suelo y fertilización de base, cuidando del medio ambiente.

Ingeniero agrónomo Sebald Hahn.
Ingeniero agrónomo Sebald Hahn.GENTILEZA

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Desde hace dos años empezaron a producir cultivos extensivos en la zona de Artigas, Itapúa, en unos campos que primeramente eran ganaderos y luego fueron utilizados para la producción de arroz por la inundación. “Cuando empezamos este proyecto encontramos un suelo mal drenado, químicamente muy ácido, con pH de 4 a 4,5 alta concentración de aluminio, hierro y deficiente de fósforo, calcio, azufre. En resumen, un suelo ácido y pobre en nutrientes, por tanto esta mala fertilidad se convirtió en un desafío para nosotros”, explicó el encargado de desarrollo, asistencia técnica y producción de Agroganadera Pirapey.

Recuperar el suelo

Producir en campos bajos es un desafío, pero con buen drenaje, tecnología y manejo diferenciado del suelo y fertilización de base, se puede lograr.
Producir en campos bajos es un desafío, pero con buen drenaje, tecnología y manejo diferenciado del suelo y fertilización de base, se puede lograr.

A la consulta de cuál fue la primera decisión que tomaron, el ingeniero Hahn dijo: “Primero debíamos trabajar en las debilidades del terreno. Empezando por el drenaje y la corrección química del suelo, con la aplicación de calcáreo, también utilizamos fertilizantes diferenciados. Como este es un suelo ácido, optamos por el termofosfato magnesiano, ya que posee calcio, fosfato, azufre, magnesio y silicio que no acidifican el suelo, además agregamos el calcáreo y posteriormente silicato de potasio, aumentando así los tenores de estos elementos benéficos, tanto para el suelo como para la planta”.

Agregado de biológicos

Siguió diciendo que con el trabajo de recuperación del suelo, tras la aplicación de los fertilizantes químicos, adicionaron el Bacsol, que es producto biológico que transportan vida, es decir, son microorganismos que están “envasados” y que cumplen funciones de biocontrol, descomposición de materia orgánica, ayudando a disponibilizar nutrientes para las raíces. Además, de ser mejorador del suelo y ayudando al buen desarrollo de las plantas, destacó el ingeniero Sebald Hahn.

Inoculación de soja

Una vez que el suelo recibió los productos para su corrección, fertilización y mejor biología “llegó el momento de siembra y es cuando la semilla de soja recibe una inoculación”. Añadió que para lograr un buen arranque de siembra es muy importante que la simiente de soja reciba una buena inoculación. “La inoculamos con Biogenium GTI, que contiene el azospirillum brasilense y bacilos que ayudan a disponibilizar fósforo y potasio, microorganismos estructuradores del suelo y levaduras, todo esto en un producto líquido que se aplica en la siembra de forma directa”, acotó. También se cuenta con un aminoácido de síntesis enzimática natural llamado Orgasol, que contiene aminoácidos primarios y secundarios, además de otros tipos que actúan como “antiestresantes” para la planta, por lo que se aplica de manera foliar, en conjunto con el producto biológico.

Fertilización en surcos

El ingeniero Sebald Hahn explicó igualmente que la soja que está creciendo en Artigas, Itapúa, recibió la fertilización y trato adecuado para que exprese su potencial. “Para nosotros todo este trabajo de corrección de suelo, fertilización química y biológica, inoculación y fertilización foliar es una inversión. En el momento de la siembra de soja aplicamos una mezcla combinada de fósforo soluble con el termofosfato magnesiano Yorin, debido a que este último posee un pH entre 7 y 8, además de poseer fósforo de liberación gradual, lo que significa que por más que llueva, el fósforo estará disponible para la planta cuando esta requiera. Y por último, acotó, la presencia de micronutrientes en el termofosfato magnesiano.

Uno de los beneficios de estabilizar el pH en el surco en estos suelos ácidos es que mejora la nodulación en las raíces de las plantas, en conjunto con la aplicación de inoculante bradiorrizodium en el suelo por hectárea.

Fertilizantes foliares

Finalmente a la consulta de si los fertilizantes foliares se pueden combinar y aplicar con productos defensivos para no estar haciendo varias pasadas de la pulverizadora en los cultivos de soja, el entrevistado señaló: “Dentro del uso de estos productos foliares contamos con la línea Yoguen, donde se pueden combinar las aplicaciones con fungicidas e insecticidas, inclusive con glifosato en desecación posemergente. El Orgasol AM10 se puede utilizar con fungicida, herbicida e insecticida sin problema, el único punto a tener en cuenta es que al trabajar con bajos volúmenes de esta solución se deben cuidar las dosis a ser aplicadas”.

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