Cargando...
“Por fin llega la gente” expresó Violeta Belotto, una vendedora, tras observar la avalancha de promeseros que se llegaron para la celebración eucarística de las 19:00 en la Basílica de la Virgen de los Milagros de Caacupé y que al término se volcaron en las calles liberadas para los peatones.
Tras una semana dura, con poco movimiento en las ventas, esta noche se renueva la esperanza de los comerciantes fijos y temporales, que buscan superar la extensa crisis y de paso generar ingresos con algo de margen para hacerse del aguinaldo y así comprarse el pan dulce de fin de año.
A a par, esta noche, muchos fieles se dispusieron a descansar en la explanada central para reservar un lugar y estar presentes en la misa central de mañana 8, que se celebra a las 6:00. Sobre el tradicional piri, sobre cartones y mantas, los fieles descansan tras cumplir la promesa a la Virgencita.
De acuerdo a lo manifestado por los comerciantes, entre los recuerdos más adquiridos se encuentran las imágenes de cerámica de la Virgen de Caacupé, remeras, llaveros, guampas, jarras forradas y los bidones para llevar el agua bendita de Tupasy Ykua.
La parte gastronómica también revive, especialmente con la venta de la chipa, el asadito y lo más demandado, la butifarra. Además, el intenso calor multiplicó en la jornada la venta de pantallas, sombreros, quepis, abanicos y el agua mineral.
Los comerciantes esperan que para este miércoles, haya aun más movimiento para recuperar la inversión hecha en esta festividad en la Villa Serrana.