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Un intenso movimiento de maquinaria y técnicos gira en torno al poblado de Pozo Hondo, en la frontera con Argentina y Bolivia.
Pozo Hondo se encuentra a orillas del río Pilcomayo, en el departamento de Boquerón.
Las periódicas crecidas del Pilcomayo amenazan la supervivencia de Pozo Hondo, de allí la construcción de un muro defensivo en torno al poblado.
En los últimos tres años el muro sufrió el desgaste propio de resistir a las aguas del Pilcomayo.
El temor de los pobladores es sufrir el mismo destino que tuvo la localidad de Pedro P. Peña en el año 2008: el Pilcomayo rompió sus endebles defensas y arrasó con todo lo que encontró a su paso. Hoy es un pueblo fantasma.
Concreto encapsulado
El Ministerio de Obras Públicas y la Comisión Nacional del Pilcomayo resolvieron aplicar la técnica de concreto encapsulado para fortalecer el muro de protección.
El sistema consiste básicamente en introducir arena y cemento en unas bolsas diseñadas para soportar 400 kilos de peso, que a su vez están ancladas unas con otras.
Una vez que se llenan las bolsas con el concreto se puede lograr que se vayan adaptando al terreno según se comportan el agua y los desniveles que se van creando por el movimiento del suelo.
Es la primera vez que se adopta esta técnica en el Pilcomayo. El modelo surgió de las obras que se llevan a cabo en la ciudad de Pilar, donde se está construyendo el muro defensivo con concreto encapsulado.
Trabajos sin pausa
El director de la Comisión del Pilcomayo, ingeniero Artur Niedhammer, explicó que “se está trabajando sin pausas. Queremos evitar el riesgo de una crecida sorpresiva que pueda poner en peligro a Pozo Hondo”.
Las tareas se encuentran a cargo del Consorcio Canales del Chaco, integrado por las empresas Tocsa y Vial del Sur.
Todo el equipamiento necesario para el montaje de las bolsas de concreto fue montado en Pozo Hondo, incluyendo un depósito con stock suficiente de cemento para evitar problemas de abastecimiento.
El sistema de alerta del Pilcomayo realiza un monitoreo diario del comportamiento de caudal del río, de tal forma a permitir una rápida reacción de los pobladores ribereños en caso de crecidas repentinas.
Al respecto, el ingeniero Niedhammer mencionó que “no se tiene información de lluvias inusuales en Bolivia. Esto nos permite trabajar con relativa tranquilidad en mejorar la defensa de Pozo Hondo”.
Se estima que los trabajos estarán concluyendo en 30 días más. Los puntos débiles marcaron el inicio de los trabajos que se van extendiendo a otros sectores del muro terraplenado.
Siguen de cerca los trabajos
Un poblador de Pozo Hondo, Alberto Jaime, mencionó que están satisfechos con el ritmo de los trabajos. “Trabajan sin parar”, expresó.
Dijo que se muestran optimistas sobre el resultado que tendrá el concreto encapsulado en el fortalecimiento del muro defensivo.
Señaló que “el tiempo es justito para terminar antes de las grandes lluvias”.