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El inédito juicio que se llevó a cabo en Brasil por un caso ocurrido en Paraguay, donde el acusado fue Flavio Acosta Riveros, empezó ayer cerca de las 10:00 con el sorteo virtual de los siete integrantes del Tribunal do Júri o Tribunal Popular por parte de la jueza especializada Mychelle Pacheco Cintra Stadler.
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Para la diligencia oral y pública fueron seleccionados, de entre 50 personas, Gabriel Silva Rodríguez, Alex da Silva, Alison Lobato dos Santos, Carla Acosta da Silva, Eduardo Mori, Daniel de Souza y Adriane Cristina Ribeiro, como jurados y responsables de declarar la culpabilidad o inocencia de Flavio.
Luego de poco más de ocho horas de juicio y unos 20 minutos de deliberación del Tribunal Popular, este declaró culpable a Acosta Riveros de los homicidios del periodista Pablo Medina (53 años) y Maribel Antonia Almada Chamorro (19). En consecuencia, la jueza especializada Mychelle Pacheco Cintra Stadler resolvió emitir una condena de 21 años de pena privativa de libertad por el homicidio de Medina y otros 15 años por el de Almada, que en total suman 36 años de pena carcelaria.
La decisión tomada en el juicio posteriormente fue comunicada, por videoconferencia, a Flavio Acosta Riveros, quien adelantó que apelará la decisión judicial que se tomó en Curitiba.
Cabe señalar que Flavio Acosta Riveros ya está cumpliendo una condena de 12 años de prisión por un caso de violencia familiar en el que resultó víctima su pareja en el vecino país, con quien tiene un hijo pequeño. En este sentido, es preciso señalar que a la actual condena se le deben descontar cuatro años, que es el tiempo que ya está recluido por el caso de agresión contra su pareja.
Tras conocer el resultado del juicio, el cónsul de Paraguay en Curitiba, Carlos Fleitas, señaló que “el jurado fue contundente por mayoría absoluta, con la opinión sobre la culpabilidad del mismo pese a los intentos de la defensa de desmeritar las pruebas del Ministerio Público. Estamos muy contentos, confiamos en la justicia brasileña y este es el resultado: Se hizo justicia”. Fleitas estuvo participando de forma presencial en la diligencia.
Declaración de testigos
En el marco del juicio prestaron declaración el subcomisario Rogelio David Sosa, quien participó de la investigación del doble asesinato mientras formaba parte del plantel del departamento de Investigación de Homicidios de la Policía Nacional, en 2014.
El promotor estadual Lucas Cavini fue el primero en interrogar a Sosa, quien fue asistido por dos traductores, uno para transmitir al español las consultas y otro para elevar las respuestas en portugués. El policía relató que Flavio vio pasar a Pablo Medina con su camioneta y confirmó su identidad a través de los presentes, después de eso se alejó e hizo una llamada con su teléfono celular.
Sosa señaló que lograron ubicar a Flavio en la escena del crimen, mediante la señal de la antena de telefonía celular, cuando hizo la primera llamada a su tío Vilmar.
Posteriormente declaró la jefa del área Interior de ABC, Magdalena Benítez, quien dijo sobre el trabajo de Pablo Medina en Canindeyú que él “hacía materiales que comprometían a la mafia y a los criminales de la zona, considerada como roja por la operación de grupos criminales dedicados al narcotráfico, plantación de marihuana, así como de sicarios que operan en la frontera entre Paraguay y Brasil”.
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En otro momento hizo referencia a la molestia de Vilmar Acosta por el trabajo de Pablo Medina, porque este “publicó noticias denunciando a la Familia Acosta relacionada al narcotráfico y algunos casos de asesinatos”. Así, “en 2010 publicamos materiales firmados por Pablo Medina sobre crímenes relacionados a grupos criminales, entre ellos el Clan Acosta, liderado por Vilmar Acosta”.
La periodista agregó que después de esos materiales Pablo recibió advertencias y amenazas. En 2013 fue sacado de la región dos veces y en su segunda vuelta ello sucedió con la promesa de que contaría con protección policial, pero no había confianza hacia la Policía.
Señaló que 10 días antes del homicidio de Pablo Medina, uno de sus informantes fue acribillado. Dijo también que seis meses después del fallecimiento de su colega, la madre del mismo murió como consecuencia de la profunda tristeza, pues Pablo fue el tercer hijo que fue asesinado en la zona.
El último testigo ofrecido por la defensa ejercida por el abogado Vitor Eduardo Tavares De Oliveira, fue el señor Joaquín Lauri, quien señaló que asistió al acusado Flavio en un proceso judicial por violencia familiar.
Alegatos
Tras las declaraciones de los testigos, la Fiscalía brasileña y la defensa de Flavio Acosta contaron con una hora y media para exponer sus alegatos finales ante el Tribunal do Júri.
Dentro de sus alegatos el fiscal Cavini destacó que la Policía paraguaya “hizo un trabajo excelente. Es impresionante, cosa que yo en seis años de trabajo nunca vi” y agregó que se hizo un muy buen trabajo construyendo la trayectoria de las balas que mataron a Pablo y Antonia.
Llamadas constantes cerca de la hora del crimen
Destacó el análisis hecho por el oficial Marcial Cubilla que en su informe expresó que las 11:01 Vilmar Acosta, desde Ypejhú, recibió una primera llamada de parte de Flavio y en ella su sobrino le confirmó que vio a Pablo. A las 11:06 comenzaron a comunicarse con más frecuencia Vilmar y Wilson Acosta desde Ypejhú y Flavio desde el sitio del crimen.
Luego se produjeron una serie de llamadas y la última fue las 15:31, cuando Wilson confirmó a Vilmar Acosta el homicidio. En medio de estas -subrayó el promotor- “nótese que la víctima y Flavio estaban en movimiento, pero Flavio siempre estaba cerca de la víctima en la hora de los hechos”.
Así destacó Cavini que “entre 14:20 y las 14:28 hubo cuatro comunicaciones entre Wilson y Flavio, y entre las 11:00 y 15:00 se llamaron once veces porque estaban pasando información, pero después del crimen ya cesaron las llamadas, porque ya estaban juntos”.
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La comunicación que delata que Flavio seguía a Pablo, y que Wilson se acercaba y se unió a su sobrino, se registró a las 14:20. A partir de ese momento las llamadas se volvieron más frecuentes hasta las 14:47 y la posterior recién fue a las 15:48. Luego ya se juntaron los tres, el intendente Vilmar (autor moral), Flavio y Wilson (los ejecutores), en Ypejhú.
Refirió también que “a medida que avanzaba la hora, se constató la cercanía de los acusados al lugar donde estaba Pablo y luego, a las 14:47 Flavio hizo otra llamada alejándose del lugar”.
Cavini expuso que “el reo está exonerado de decir la verdad, pero si es para mentir, que mienta bien y que no venga a burlarse de nuestra inteligencia”.
Después leyó la conclusión del informe técnico de la Policía, argumentado con documentos técnicos obtenidos por los especialistas y mediante los cuales se constató que el día del crimen hubo comunicación fluida entre Flavio y Wilson.
La secuencia de las llamadas y el itinerario que siguieron estos, coincide plenamente con el trayecto realizado por Pablo Medina y sus acompañantes, dejando en evidencia que el reo estuvo en el lugar de la comisión del doble homicidio.
Instigadores
En cuanto a la actuación del entonces intendente de Ypejhú, Vilmar Acosta, este fue el actor intelectual y ello se comprobó en juicio oral y público en Paraguay, por ese motivo fue condenado a 39 años de cárcel. Él fue quien realizó el crimen a través de su hermano Wilson Acosta Marques y su sobrino Flavio Acosta Riveros.
Vilmar Acosta fue quien instigó y utilizó a personas de su extrema confianza para que materializaran el homicidio.
Cruel ataque
El promotor describió la escena del ataque y preguntó “qué chances tenían (Pablo Medina, Antonia y Ruth Almada -esta última sobrevivió al esconderse detrás del asiento-) de defenderse dentro del vehículo, en un lugar aislado”, ya que Wilson y Flavio “simularon una blitz -barrera policial- y luego le dispararon en la cabeza. Cuando vi las imágenes ¡Dios mío!”.
En otro momento Cavini se refirió al hecho por el cual también fue procesado Flavio en Brasil: violencia familiar. “Mirá lo que le hizo acá en el Brasil, el 7 de enero 2016, golpeó a su mujer en la cabeza con una chave de fenda (destornillador) y fue condenado por violencia familiar”.
Flavio agredió con golpes de puño y finalmente golpeó con un destornillador a la víctima y ya le había golpeado una semana antes a la mujer, todo esto por estar disconforme con el término de la relación, según relató el promotor.
“Qué segunda oportunidad le dieron él (Flavio) y Wilson a Pablo Medina y Antonia aquél día allá en Paraguay”, cuestionó sobre el actuar de los Acosta.
“Todo reo que viene a sentarse acá a decir que es trabajador, padre de familia, no hay quien venga acá y diga: ‘sí, yo fui’. Mirá el padre de familia. Mirá lo que hizo a su mujer, madre de su hijo. Las víctimas fueron destrozadas, un crimen cruel y bárbaro”, manifestó el fiscal.
En la última parte de su alocución se dirigió al Tribunal do Júri: “pónganse en lugar de los familiares de ellos (Pablo y Antonia), que tienen que ver el juicio por YouTube porque se fugaron. Este caso es muy importante en Paraguay, como dijo Rogelio Sosa, es como si asesinaran a un periodista de Rede Globo acá”.
Añadió que el “derecho a la libertad de prensa, a la información, y principalmente de personas corajudas, fascinadas, obstinadas. Una persona que seguía firmando sus trabajos a pesar de las amenazas y no se calló. Se convirtió en nombre de calle, de escuela en Paraguay”.
“Hagan justicia y condenen al señor Flavio por ese crimen cruel que cometió, las pruebas con irrefutables y espero que le den lo que se merece por ese crimen injustificable que cometió”, enfatizó al cierre de su declaración el promotor federal Lucas Cavini.
El defensor público, abogado Vitor Tavares, a continuación realizó una exposición de los hechos defendiendo a Flavio. Cerró sus alegatos indicando “vamos a demostrar que él no disparó a Pablo ni a Antonia, vamos a analizar las tres pruebas Rogelio, Cabrera y las antenas de telefonía celular”.
La defensa buscó generar compasión en el Tribunal con los testimonios de los familiares de Flavio, específicamente de sus hermanas y su madre, quienes grabaron videos en el que resaltaban que él es un buen hombre, que recibió una educación adecuada y es muy trabajador.