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El obispo de Encarnación presidió el cuarto día del novenario en Caacupé. En su homilía recordó el mensaje de los obispos que se refería a la renegociación del Anexo “C” del Tratado de la Itaipú Binacional, publicado en marzo de este año.
Explicó que como Pueblo de Dios la Iglesia participa de la vida de los hombres y de la historia del mundo. “La pandemia, la economía mundial, la educación, la vida de los no nacidos, los abuelos, las nuevas tecnologías, la situación de las comunidades indígenas, la política nacional, las corrientes de pensamiento, todo hace parte de la vida en este caminar, todo nos compromete a la edificación del bien, desde la verdad y la caridad”, indicó.
El obispo sostuvo que la Iglesia lleva siglos de evangelización en nuestro Paraguay. “Con seguridad debemos decir que seguiremos. La fe permanece y en las pruebas se fortalece, aunque muchos males continúan, como los Obispos mencionan en el documento “Saneamiento Moral de la Nación” y la Carta Pastoral “Itaipú, una oportunidad de diálogo y concertación para el bien común”. En ese sentido, agregó la fe que se mantiene viva es el único argumento de éxito consistente que podemos esgrimir en toda la historia nacional. “El compromiso del cristiano es vivir crucificado por el mundo para salvar el mundo”, sostuvo.
Por otra parte, pidió que, “como laicos y como pueblo de Dios en su plenitud, debemos identificar y superar algunos vicios que frenan y confunden en la vida de una comunidad cristiana comprometida con la santificación del mundo”.
Asimismo dijo que; la pandemia, la economía mundial, la educación, los abuelos, las nuevas tecnologías, la situación de las comunidades indígenas, la política nacional, las corrientes de pensamiento, todo forman parte de la vida en este caminar.
Prosiguiendo con su reflexión el obispo Pistilli, explicó que los vicios que frenan y confunden a los cristianos son: El clericalista es el que usa mal la autoridad, el que se esconde bajo la sotana o el hábito y no asume su responsabilidad, están también el capillista los que se consideran a sí mismos como los únicos santos y puros, que todos los demás son cristianos mediocres. Dijo que también está el postureo o la grandilocuencia moral y el discurso parenético sin consecuencias, esto es simplemente el uso y abuso de la moralidad para lograr estatus, promoción propia, causar buena impresión. El discurso parenético sin consecuencias, es decir, lo que hay que hacer y no hacerlo.
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Resaltó igualmente que “es una fantasía inmadura pensar que hay que por ejemplo eliminar a todos los de un determinado esquema de pensamiento y que todos deben hacer alinearse a un único modelo”.
Seguidamente apuntó que hay cristianos más orientados a la izquierda, otros cristianos más orientados a la derecha, cristianos de centro que piensan así, tanto en el foro eclesial como en el foro social. Mencionó igualmente a los cristianos reduccionistas como innovadores, “y no es extraño que uno y otro piensen que este o aquel problema tienen una sola y única solución, pero siempre única, sea lo que siempre se hizo o lo que aparentemente nunca se hizo, la de antes que siempre fue mejor o la de mañana que podría ser mejor que lo que tenemos”, manifestó, el Mons. Pistilli.
Habló acerca de infundir miedo y hacer la vida más amarga, afirmando que “hay cristianos lamentablemente comprometidos con el miedo, pero el miedo no es un elemento de juicio para tomar decisiones. El miedo, crea fantasmas donde necesariamente no los hay, paraliza en ideas obsesivas, crea los caldos de cultivo de las sopas conspirativas, de la sugestión de masas con ideas tóxicas y promueve la violencia frente a otras maneras de comprender la realidad”.
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De igual modo, se refirió a las redes sociales. Al respecto recomendó usar las redes sociales y los espacios de opinión correctamente, “seamos vacunas, no virus, que enferman más a la comunidad. Ser vacuna significa que conocemos el mal, pero somos capaces de neutralizarlo y fortalecer la salud, no necesitamos que nos recuerden todo el tiempo lo mal que estamos, para que algunos se sientan bien porque dijeron lo que está mal”, precisó.
Conferencia de prensa
Al término de la misa, el obispo Francisco Pistilli respondió las preguntas de la prensa, sobre la importancia de aquellos laicos que empiezan desde las capillas y parroquias, indicó que el Concilio Vaticano Segundo nos recuerda, que en el bautismo es dónde compartimos todos las gracia de Cristo y nos hacemos uno en Jesús. “Por eso somos ese pueblo y cuerpo que tiene a Cristo como cabeza y pastor que nos guía, la importancia de todo es clave, la misión de los laicos, que hace que la semilla cristiana crezca en todas partes”, indicó.
Invitó a dar testimonios de Cristo y llevar la palabra de Dios, que significa también hacerlo con alegría, teniendo la conciencia limpia, el corazón en paz y la alegría de saber que se cumple una misión.