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El tema de reflexión del día fue “La Eucaristía y la llamada a la santidad de los laicos”. El Mons. Joaquín Robledo dijo a los laicos que están llamados a sanear con los valores del reino de Dios las estructuras de la sociedad y del mundo superando todo aquello que conduce al pecado.
“Sabemos que el pecado más la impunidad es igual igual a la corrupción”, expresó. En otro momento se refirió a la inseguridad y la falta de respeto hacia los derechos de las personas. “¿Cuántos crímenes y asesinatos se cometen por dinero? Tantas violencias y muertes vemos en nuestra sociedad hoy y todo eso constituye un grave peligro para las personas, la familia y la sociedad misma”, dijo el religioso.
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Indicó además, que los falsos dioses de hoy como el dinero, el placer y el poder destruyen a la sociedad. Estatizó que el culto a estos tres falsos ídolos exigen adoradores crueles e incondicionales y víctimas implacables. “Es un atentado permanente contra la vida, que es lo más sagrado que Dios nos ha regalado a todos”, expresó Robledo.
Haciendo énfasis, a la primera lectura exhortó que, los ciudadanos deben practicar la justicia y a vivir la solidaridad todos los días. “De manera particular en sus quehaceres temporales, profesionales, en el área cultural, familiar, social, económico y político; en las nuevas tecnologías de la comunicación”, relató el monseñor.
Recordó además que el apóstol San Pablo advierte a los cristianos de Corinto que hay un grave fallo contra la fraternidad en sus asambleas. “Están divididos y con mucho egoísmo, y en la carta que les envía, el Apóstol les dice que cuando se reúnen de esa manera en asamblea, eso ya no es para comer la cena del Señor”, aseveró.
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Para finalizar con su reflexión, se refirió diciendo, “su actuar debe ser conforme a practica de justicia y la vivencia de la fe”. Explicó además que vivir la santidad significa vivir sencillamente en la gracia de Dios, en la amistad con él.
Refirió además que existe una multitud de ciudadanos que a lo largo de sus vidas vivieron y murieron en gracia de Dios y por esa razón son santos. “Entre ellos están nuestros familiares, amigos, vecinos, que gozan de la presencia de Dios y son santos”, finalizó el religioso.