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Distintos referentes del ámbito educativo, de los sectores público y privado, se reunieron para analizar los desafíos del financiamiento educativo. En ese sentido, desde la organización Juntos por la Educación expresaron su preocupación por la calidad de la enseñanza en Paraguay y, especialmente, por la inversión destinada a la educación.
Durante el encuentro, desarrollado esta mañana, estuvo el director administrativo del Ministerio de Educación y Ciencias, Oscar Stark, quien nuevamente refirió que los recursos asignados a esta cartera son insuficientes para todas las necesidades que precisa el sector.
Desde Juntos por la Educación exhibieron una radiografía de la situación escolar y extraescolar que afecta a niños y jóvenes. Según el cálculo de la organización, para el 2030, y en un contexto ideal, se necesitarían invertir US$ 5.000 millones para cumplir con todas las metas y lograr un sistema educativo de excelencia.
“No solo es invertir más, sino mejor. Todos los años se dan aumentos en el sector, pero el tema es en qué se gasta y si esto generó un resultado distinto”, afirmaron y sostuvieron que al menos eso no observa en la calidad de la enseñanza. “Fue peor, un estancamiento”, señaló Yan Speranza, presidente del Consejo Directivo de Juntos por la Educación.
<b>Paraguay invierte menos del 30% de lo requerido en educación</b>
“Debemos tener en cuenta la crisis educativa que ya existía antes de la pandemia y que se agudizó durante la misma. Según los resultados de la última evaluación del SNEPE, 7 de cada 10 estudiantes no logran alcanzar el nivel mínimo de conocimientos en matemáticas, castellano y guaraní”, sostuvo Oscar Charotti, director ejecutivo de Juntos por la Educación.
En pandemia, debido a las restricciones sanitarias, más de 1.400.000 estudiantes en Paraguay no pudieron tener clases presenciales, poniendo en relieve los diversos roles que la escuela desempeña además de lo académico. Para los sectores mas vulnerables, el cierre de las instituciones educativas significó no poder contar con una alimentación adecuada, así como la contención que representa el espacio escolar.
Paraguay es uno de los países que menos invierte en educación en la región, siendo menos del 30% de lo requerido. En concreto, nuestro país invierte un 3,5 del Producto Interno Bruto (PIB) y el promedio de la región está en 4,9%. Bolivia aumentó a 7%, Argentina, en 5,5% y Brasil, a 6,2%, indicó Yan Speranza, presidente del Consejo Directivo de Juntos por la Educación.
“Este aspecto también se visualiza en el presupuesto del 2022, en el que se reducen partidas claves como infraestructura, equipamiento, gratuidad, becas, que ya eran insuficientes previamente a la pandemia, añadió Speranza.
Por ejemplo, para infraestructura, o sea, obras de ampliación, reposición o reparación, adecuación, obras exteriores de la infraestructura edilicia de establecimientos educativos, que se encuentran en predios titulados o en proceso de titulación a favor del MEC, el Gobierno redujo el presupuesto para el 2022 en un 52%. O sea, el próximo año habrá US$ 15.751.836 menos para mejoras edilicias en escuelas y colegios.