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La licenciada en nutrición Claudia Osorio, de la Dirección de Vigilancia de Enfermedades No Transmisibles, respondió a nuestras consultas.
“La sal yodada que formó parte de campañas nacionales previene el cretinismo, una enfermedad que afecta el entendimiento y comprensión”, apuntó la profesional.
El yodo es un componente esencial de las hormonas tiroideas T4 y T3, así como del sistema nervioso central, particularmente en niños. Puede tener efectos en el sistema inmune y su deficiencia se ha vinculado también a la enfermedad mamaria fibroquística.
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La nutricionista prosiguió: “Se hizo una campaña de todos los productos que se producían o ingresaban al país que contengan yodo”, según la experta.
Y rindió sus frutos porque “se solucionó en gran medida”, según Osorio, lo cual fue confirmado por un estudio realizado por el Instituto Nacional de Alimentación y Nutrición (INAN), “aunque todavía se ve el bocio en San Pedro y Concepción por las carencias”.
¿Desde qué edad consumiremos sal yodada?
Los niños que comienzan a comer luego de recibir la leche materna a los 6 meses de edad consumirán su puré con una pisquita -la punta de una cucharita- en su almuerzo y cena.
La nutricionista opinó que esta es la mejor manera de que el infante absorba de a poquito la sal yodada que tanto bien hace.
Otro punto refiere que las embarazadas, dependiendo de sus controles prenatales, consumirán la sal yodada o la disminuirán previendo la presión alta.
Hasta 5 g de sal (cloruro de sodio) diarios recomendó la especialista. La medida casera es de una cucharadita de café o té al ras. Y una mujer embarazada sana sin ninguna otra afección también 5 g de sal diarios.
Cómo cocinar con la sal
Las comidas deben salarse “en la olla”, según la nutricionista, y no agregar sal mediante saleros en la mesa, porque la hipertensión es una enfermedad peligrosa en nuestro país.
Lo mismo debemos hacer con el asado: salar antes de colocar en la parrilla y evitar salar otra vez en la mesa, recomendó.
“La sal es un componente que regulamos con nuestro gusto: más sal para uno es una cucharadita, pero para otro pueden ser tres”, detalló.
La sal del Himalaya
Un tuit del Dr. Mauricio González, MD, médico de Nueva York, alertó sobre “la sal del Himalaya, sal de mar, Kosher, que no contiene yodo, algo que no se debe tomar a la ligera por el impacto de este mineral en la salud humana”, esgrimió en sus redes.
Sin embargo, la licenciada Osorio afirmó que “la sal del Himalaya es un producto de moda que sí contiene yodo”. Su hermosa presentación con cristales rosados y la forma de prepararse la hace atractiva para muchos jóvenes.
Así se guarda
La sal se guarda en frascos secos y con tapa, apartados de la humedad y en un lugar oscuro de la alacena para evitar que se evapore el yodo.
En forma natural
Las personas que necesita disminuir el consumo de sal acudirán a un nutricionista para seguir una dieta hiposódica con alimentos ricos en yodo obtenido de manera natural, en especial tubérculos como la papa, batata, rabanito y zanahoria, ya que el yodo es un mineral natural que adquieren los alimentos a través del suelo, informó Osorio.
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Cómo probar si la sal es realmente yodada
Una prueba sencilla recomendada por el ministerio: “Sobre una mandioca cocida agregue por encima la sal común y luego gotas de limón. Si se pone lila contiene yodo”, recordó la experta.