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La jueza penal de garantías de Crimen Organizado hizo lugar al pedido de la fiscala Lorena Ledesma, de la Unidad Especializada en Lucha contra el Narcotráfico contra Francisco Delosanto Ayala y Sirio Eudes Riquelme Bazán, detenidos el pasado 27 de octubre y comparecieron a las 12:30 de este viernes de manera presencial a su audiencia de imposición de medidas.
La magistrada resolvió que los ahora procesados deberán cumplir su prisión preventiva en la Penitenciaría Nacional de Tacumbú o cualquier otro recinto que esté en condiciones.
Además de Francisco Delosanto Ayala y Sirio Eudes Riquelme Bazán también ya están procesados Narciso Ayala, considerado líder de la organización, su esposa Ninfa Villasboa Chamorro, Didier Ramón Ledesma, Pablo Alberto Martínez Groessinger y Carmen Jazmín López, que a diferencia de los dos primeros que ya fueron detenidos, se encuentran prófugos de la justicia.
Captura y medidas
La representante del Ministerio Público solicitó también al juzgado penal de garantías que ordene la captura nacional y se declare la rebeldía de Narciso Ayala, Ninfa Villasboa Chamorro, Didier Ramón Ledesma, Pablo Alberto Martínez Groessinger.
Mientras que para Carmen Jazmín López, la fiscala solicitó se ordene la captura internacional y su rebeldía, pues el domicilio de la misma, también allanado el 27 de octubre último, se encuentra muy cerca de la frontera y no se descarta que la misma haya cruzado al Brasil.
En cuanto a los demás, la fiscala Lorena Ledesma también solicitó la aplicación de la medida cautelar de prohibir enajenar y gravar sobre sus bienes y el embargo preventivo de todos los bienes o dinero depositados en entes bancarios o financieros.
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Causa por lavado y tráfico
El proceso penal abierto contra estas personas se da por los hechos punibles de lavado de dinero en cuanto a lo que establece el artículo 196 del Código Penal en su artículo 1° el que “1. ocultara un objeto proveniente de: a) un crimen; b) un hecho punible realizado por un miembro de una asociación criminal prevista en el artículo 239; c) un hecho punible señalado en la Ley 1.340/88, artículos 37 al 45; o 2. respecto de tal objeto disimulara su procedencia, frustrara o peligrara el conocimiento de su procedencia o ubicación, su hallazgo, su comiso, su comiso especial o su secuestro, será castigado con pena privativa de libertad de hasta cinco años o con multa”.
Y también en su artículo 2º lamisma pena se aplicará al que: “1. obtuviera un objeto señalado en el inciso anterior, lo proporcionara a un tercero; o 2. lo guardara o lo utilizara para sí o para otro, habiendo conocido su procedencia en el momento de la obtención”.
Y también asociación criminal para el tráfico de drogas al extranjero, en concordancia con lo establecido por la Ley 1.340/88 en su artículo 42° “Los que formen parte de asociaciones u organizaciones constituidas con el objeto de perpetrar cualquiera de los delitos previstos en esta Ley, serán castigados, por ese solo hecho, con penitenciaría de cinco a quince años. El jefe o promotor de la asociación u organización sufrirá el doble de la pena”.
Organización narco
La investigación contra Narciso Ayala, alias Bugao, se inició a partir de la notificación recibida sobre una condena de cuatro años en el Brasil, y otras dos investigaciones abiertas en dicho país, que datan del 2019, por hechos punibles de tráfico de drogas y armas.
Según los datos colectados en la “Operación Jerjes I” Ayala creó una organización criminal que se dedicaría al transporte de cocaína desde Perú o Bolivia hasta Paraguay, específicamente Canindeyu, desde donde enviaban la sustancia al Brasil y a países europeos, así como envíos de marihuana a Chile.
También se pudo constatar que aparentemente Bugao habría utilizado a varias personas de su entorno familiar y a allegados, para integrar al sistema económico nacional los beneficios obtenidos del tráfico de drogas, quienes figuraban como prestanombres y accionistas de empresas de fachada.
De esta forma, Pablo Martínez, alias “Tito Pedro Juan” y Francisco Delosanto Ayala, este último hermano mayor de Bugao, serían hombres de confianza de Narciso Ayala y encargados de la logística para el tráfico y venta de drogas, desde un establecimiento rural ubicado la zona de la colonia Gasory.
Ninfa Villasboa, además de prestar su nombre para la conformación de la empresa “4 Hermanos de Canindeyú SRL” de la que su pareja Narciso también es socio, sería titular de dos vehículos, a más de otros cinco inmuebles.
El principal brazo sería Sirio Eudes Riquelme, quien sería el encargado de las operaciones de compra de divisas para la integración del dinero proveniente del tráfico de estupefacientes de la estructura criminal, utilizando como fachada su actividad de cambista. Mientras que, Didier Ledesma, sería un prestanombre de Ayala.
Finalmente Carmen López, sería la encargada de proveer y custodiar el establecimiento administrado por Martínez Groessenger donde se efectuaba el acopio, transporte y comercialización de sustancias estupefacientes, ubicado en la colonia Gasory, a orillas del Río Piratiy.