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El capellán castrense de la II División de Infantería y de la Dirección de Policía de Guairá, monseñor Eulogio Montiel Ramos, falleció el 4 marzo del 2020 a los 90 años. De acuerdo a los informes bancarios y de Registros Públicos, no dejó deudas y poseía a su nombre un inmueble valorado en G. 700 millones, una camioneta de G. 100 millones y una cuenta bancaria con casi G. 5.000 millones, cuya existencia la mayoría de sus familiares desconocía y salió a la luz durante el juicio de sucesión.
Como no se casó ni tuvo hijos y sus hermanos ya fallecieron, los herederos son sus sobrinos. Una de ellos, Mirta Úrsula Montiel Agüero, administraba la cuenta bancaria de pa’i Montiel y el 9 y 10 de marzo de ese año -menos de una semana después de la muerte de su tío- retiró un total de G. 2.927.345.370, de acuerdo a la copia de cheques proveídos por el banco a la Fiscalía de Villarrica. Además, autorizó a Elvio Ramón Báez Riveros, chofer de monseñor, a retirar otros G. 2.000 millones.
El chofer dijo que era la “última voluntad” de Montiel
El chofer se había presentado en una diligencia preparatoria en el juicio de sucesión, en donde sostuvo que Mirta Montiel le entregó la plata porque esa fue “la última voluntad” de monseñor Montiel. Sin embargo, ella nunca estuvo dispuesta al diálogo o a la justificación del retiro del dinero, indicó el abogado del grupo de herederos que presentaron la denuncia ante el Ministerio Público, César Báez.
La causa penal, paralela al juicio civil de sucesión, se abrió en la unidad de la cuestionada fiscala de Villarrica, Noelia Soto, pero hasta el momento no avanza. Semanas atrás, la familia afectada amplió la denuncia con más pruebas como la declaración del chofer, quien se sabía que era muy querido por el capellán.
Intentamos conversar con la fiscala de la causa, Noelia Soto, pero no nos recibió. “Se encuentra con mucho trabajo y tiene una audiencia”, según excusó una de sus asistentes de la Unidad Penal N° 4.
Los herederos buscan que Mirta Montiel y Elvio Báez devuelvan los G. 4.927 millones para que ingrese al acervo hereditario. La pena a la que se exponen por asociación criminal y apropiación va de entre 6 meses y cinco años y este último puede subir hasta 8 años en los casos agravados.
Llamativa riqueza
En Villarrica siempre se rumoreó que el pa’i Montiel tenía “mucho dinero” guardado en el banco. Si bien andaba en una camioneta de lujo y tenía una casa más que modesta en el barrio Don Bosco de Villarrica, los que los conocían cuentan que era una persona bastante sencilla en el día a día.
Cuando el caso de la sucesión alcanzó estado público, los sobrinos de pa’i Montiel salieron a remarcar que la riqueza de su tío es legítima. Afirman que la obtuvo a través del ejercicio del sacerdocio, que se juntó también con una herencia.
“Tienen un origen absolutamente lícito y es fruto del trabajo y sacrificio del monseñor (...) Ejercía la función de capellán de la II División de Infantería desde 1990, aproximadamente; o sea, tenemos casi 30 años de ejercicio (...) También (capellán) de la Policía Nacional y del Instituto de Previsión Social”, contó el abogado Báez a petición de la familia de monseñor.
Otro detalle llamativo también es que en el juicio sucesorio se presentó una última voluntad preparada en una escribanía tres meses antes de su muerte, el diciembre de 2019. No tenía la firma de Eulogio Montiel, sino solo una huella dactilar. El sacerdote dejaba la camioneta a su chofer y su casa a la Diócesis de Villarrica. Pero este documento fue impugnado por los herederos y la jueza del caso, Vanessa Miño, dio lugar al requerimiento y lo invalidó.