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Para contextualizarnos en el marco de la principal problemática de la contaminación del lago Ypacaraí, es necesario conocer de dónde provienen los efluentes, y cuáles son las rutas por donde va tomando su curso.
El lago cubre tres departamentos: Cordillera, Central y Paraguarí, como además las cuencas principales. Estas, a su vez, cuentan con cinco subcuencas que son arroyos que alimentan al lago; pero tanto el arroyo Yukyry como el Pirayú se han convertido en dos vías altamente contaminantes.
Eso se debe al alto grado de desorden urbano y la enorme producción agrícola que desecha directamente productos contaminantes con alto contenido de nitrógeno y fósforo. Todo esto se da a raíz de la falta de sistemas de alcantarillado en las principales ciudades lindantes que tienen una inserción directa con sus efluentes en el lago.
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Cuando hablamos de contaminación del agua nos referimos a la presencia de cianobacterias en ella. La floración de las cianobacterias se dan principalmente en los meses de verano, ya que los elementos como el nitrógeno y el fósforo, provenientes de las cloacas, precisan de altas temperaturas, del sol (fotosíntesis) para su producción. Estas bacterias, a su vez, representan un peligro para la salud humana.
Resultados favorables
Sin embargo, el último monitoreo realizado por el CEMIT en agosto de este año, arrojó un resultado de 0% de coliformes fecales; también demostró una progresiva mejoría del lago, ya que vuelve a tener suficiente oxigenación, lo que a su vez representa la producción de vida, ya sea de peces y plantas acuáticas.
Desde la Comisión Nacional de Gestión y Manejo del Lago Ypacaraí y su Cuenca (Conalaypa) el titular Renato Máas afirmó que “hoy por hoy el lago se encuentra quizás en el momento más saludable dentro de los últimos 10 años, hasta podría ya ser apta para espacio recreativo de forma moderada, pero se necesitaría cumplir primeramente con una serie de condiciones impuestas por la Dirección General de Salud Ambiental (DIGESA)”.
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“Proyectos de alcantarillado quedó estancado”
Si bien las aguas del “lago azul” presentan mejorías, aun para este verano se prevé el riesgo de floración de cianobacterias. Para desterrar este problema de raíz, la solución presentada en su momento en el 2016 fue la elaboración de sistemas de alcantarillados sanitarios en ciudades como Capiatá, Areguá, Itauguá, J. Augusto Saldívar y Ypacaraí, que son las que aportan una mayor cantidad de contaminantes.
Las obras todavía no se iniciaron por falta de cumplimiento de parte de los adjudicados y en el 2019, luego de la nueva promulgación de la ley para la construcción del sistema de alcantarillado sanitario, el MOPC instaló la Dirección Nacional de Gestión y Manejo del Lago Ypacaraí (Dinalaypa), y como órgano técnico que lo apoya la Dirección de Agua Potable y Saneamiento (Dapsan), para el proyecto de construcción.
La pandemia del COVID-19, sin embargo, “obligó a redireccionar los fondos económicos al sistema de salud”, según el titular de la Dapsan, el Ing. Hugo Ruiz, quien agregó que no se ha podido dar inicio a las obras ya que no se cuenta aún con una fuente de financiamiento.
Si bien el BID y otros bancos presentan interés de dar el préstamo de inversión, el Ministerio de Hacienda aún no ha dado la anuencia para que esta sea ejecutada. El proyecto contempla una inversión estimativa de US$ 300 millones para abordar el problema de alcantarillados de los municipios mencionados.
Es un proceso largo
Tal vez para el 2022 Hacienda brinde su anuencia para que en el 2023 se inicien los trabajos de construcción, ya que la obtención del código SNIP lleva un recorrido largo que deberá superar varias instancias de análisis de admisibilidad y de viabilidad para finalmente comenzar con los proyectos, explicó Hugo Ruiz.