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La intervención arrancó esta madrugada, según las informaciones preliminares proporcionadas por Iván Leguizamón, periodista de ABC. Los primeros datos dan cuenta de que los fiscales Alicia Sapriza y Marcelo Pecci encabezaron la delegación que allanó uno de los sectores de la cárcel, reportó Gilberto Ruiz Díaz, corresponsal de ABC Color en la zona.
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Las autoridades presumen que quien ordenó el atentado fue el narcotraficante Faustino Ramón Aguayo Cabañas (44), que era buscado por la Senad y que se entregó a las autoridades en Palacio de Justicia el 27 de mayo de este año. La Policía acompaña el procedimiento con una gran dotación de uniformados.
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En el atentado del sábado pasado murieron Haylee Carolina Acevedo Yunis, de 20 años, hija del gobernador de Amambay, Ronald Acevedo; el supuesto narcotraficante local Osmar Vicente Álvarez Grance, de 29 años, alias Bebeto —quien aparentemente era el único objetivo de los sicarios—, y las estudiantes brasileñas Kaline Reinoso de Oliveira, de 21 años, y Rhannye Jamily Borges de Oliveira, de 19.
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Presos, con sus parejas y teléfonos
En el allanamiento, los intervinientes encontraron a algunos presos con sus parejas, además de con sus teléfonos celulares, que serán analizados según dijo a ABC Cardinal el comisario César Silguero, jefe del Departamento de Crimen Organizado de la Policía Nacional.
El jefe policial no quiso confirmar ni descartar la implicancia de Aguayo Cabañas en el atentado. “No podemos aún hablar en esos términos, vamos a verificar los teléfonos. Estamos levantando elementos”, sostuvo.
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Cecilia Pérez, ministra de Justicia, dijo que Aguayo Cabañas tenía una orden judicial expresa del juez Mirko Valinotti para que el narcotraficante esté preso en la Penitenciaría de Pedro Juan Caballero, algo que consideró “llamativo”, porque inicialmente el recluso fue llevado a la cárcel de Emboscada.
La ministra se mostró ofuscada por la decisión del magistrado, de quien dijo que “deberá dar explicaciones sobre por qué tomó esa decisión” y que debía cumplir la orden judicial para no estar en desacato. “Ese es nuestro pan de cada día”, expresó.
“Hay que enfrentar esto: intervención, entrada, salida. Esta situación (la del juez) debe analizarse (...) Encima, los organismos de seguridad nos cuestionaron. Yo no le voy a denunciar a Mirko Valinotti. Que él mencione por qué decidió llevarlo a Pedro Juan Caballero”, agregó, para finalmente sostener que la lucha contra el crimen organizado debe ser persistente.
¿Quién es Faustino Ramón Aguayo?
Faustino Ramón Aguayo Cabañas está preso en la cárcel de Pedro Juan Caballero desde el 10 de junio de este año, luego de entregarse en secreto el pasado 27 de mayo en el Palacio de Justicia de Asunción. Ni siquiera la Senad sabía que ya se encontraba preso. Ese día, él se presentó ante el juez penal de Garantías Mirko Valinotti, quien decretó su prisión preventiva en la cárcel de la capital del Amambay.
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Sin embargo, por una cuestión de disponibilidad de plazas, el “capo” de las drogas fue remitido inicialmente a la antigua prisión de Emboscada y el 10 de junio, a la penitenciaría de Pedro Juan Caballero.
Ramón Aguayo, como es conocido, era el principal objetivo de la Senad desde el 26 de agosto de 2019, cuando los antidrogas difundieron por primera vez su identidad, inmediatamente después de la incautación de 388 kilos de cocaína en el municipio de Puentesiño, departamento de Concepción.
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Megacargamento de cocaína
La Senad le atribuyó también a Aguayo el megacargamento de 2.190 kilos de cocaína requisado en Yby Yaú seis meses antes, el 6 de febrero de 2019, y el alijo de 381 kilos de cocaína confiscado en Puentesiño el 24 de enero de ese mismo año; es decir, en los tres operativos de la Senad aquel año 2019, la estructura de Aguayo perdió casi tres toneladas de cocaína.
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Luego de aquellas incautaciones sucesivas, la Senad pasó a la siguiente fase de su investigación, a la que denominó operación “Dignidad”, que a su vez se ejecutó el 24 de setiembre de 2019, cuando fueron apresados nueve policías que supuestamente daban cobertura a la red de Aguayo para descargar la cocaína que importaba de Bolivia y hacer llegar la droga a los depósitos de la organización.