Inician protección del templo de San Joaquín en medio de fuertes críticas

La empresa ABH Construcciones inició las tareas de emergencia para protección de la iglesia jesuita de San Joaquín. Miembros de la comisión pro templo cuestionan la ausencia de profesionales residentes.

El campanario fue desmontado totalmente y las piezas resguardadas. Temen por la calidad final de los trabajos.
El campanario fue desmontado totalmente y las piezas resguardadas. Temen por la calidad final de los trabajos.

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La Secretaría Nacional de Cultura y el Ministerio de Obras Públicas por fin dieron inicio a los trabajos de emergencia para proteger el templo de San Joaquín.

La empresa Alberto Barrail Construcciones tiene la responsabilidad de implementar el protocolo de la Secretaría de Cultura.

La ciudad de San Joaquín se encuentra ubicada al norte del departamento de Caaguazú, a 240 kilómetros de Asunción.

El templo de San Joaquín fue levantado en el año 1746 por misioneros jesuitas, antes de ser expulsados del reino de España; en la actualidad, es la única parroquia jesuita que funciona en el mundo.

La iglesia de San Joaquín se encuentra en riesgo inminente de destrucción, fue construida con adobe y la edificación está al borde del desplome.

En los últimos tres años, la ciudadanía de San Joaquín se movilizó en torno a la protección del templo jesuita.

Luego de una serie de idas y venidas a Asunción, protestas y movilizaciones ciudadanas, por fin se logró el inicio de los trabajos de protección.

Temor a “provisorio eterno”

La empresa ABH Construcciones asumió la responsabilidad de implementar tareas de emergencia en torno al templo.

El trabajo consiste, básicamente, en levantar un gigantesco tinglado encima del templo para evitar el embate de las lluvias.

Así también, debe trabajar en el retablo de la iglesia para evitar que caiga completamente.

Las imágenes jesuitas fueron sacadas del templo parroquial para evitar su destrucción ante un posible colapso de la edificación.
Las imágenes jesuitas fueron sacadas del templo parroquial para evitar su destrucción ante un posible colapso de la edificación.

El principal temor en San Joaquín es que el tinglado sobre la iglesia se convierta en un trabajo “provisorio eterno” y que no se lleve a cabo la restauración del templo para que pueda seguir con el brillo de años pasados.

Gustavo Bazán, miembro de la Comisión Pro Templo de San Joaquín, mencionó que “el contrato establecido con la firma ABH obliga a contar con profesionales residentes en la ciudad, para la supervisión de los trabajos”.

Dijo que “el jefe de obras, Ricardo Montiel, permanece en el lugar de trabajo, pero este es el momento en que la responsable de arquitectura y patrimonio aún está ausente”.

Gustavo Bazán mencionó a la arquitecta María Luisa Blanes González. “Nos consta que ella no permanece en San Joaquín”.

El viernes último, fiscalizadores de la Secretaría de Cultura llegaron a la ciudad para realizar verificación de obras; el informe se espera tener mañana.

Bazán resaltó que “la arquitecta María Luisa Blanes vino para la fiscalización. Terminó y se retiró de nuevo. Esta circunstancia nos hace temer por el resultado final de las obras y que lo provisorio sea eterno”.

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