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De acuerdo con los datos oficiales del Banco Central del Paraguay (BCP), el sector de la construcción sigue liderando el crecimiento económico este año, registrando una expansión del 34,8% en el segundo trimestre (abril -junio), comparado a igual periodo del año pasado, cuando creció 5,6% en plena cuarentena. El PIB en su conjunto creció 14,5% en el segundo trimestre del 2021.
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A diferencia de los demás sectores de la economía que reflejaron en sus resultados el efecto estadístico o “rebote”, la construcción fue uno de los pocos segmentos que no pararon durante el periodo de restricciones, mostrando tasas de crecimiento importante durante todo el 2020. Con este resultado alcanzado en el segundo trimestre, la variación acumulada llegó a 23,6% al primer semestre de 2021 y el crecimiento a fin de año podría superar ampliamente las expectativas del 5,5% estimado inicialmente.
También se ha registrado un importante crecimiento en la demanda de los principales insumos empleados por el sector como cemento, ladrillos, cerámicas, así como de otros segmentos y servicios relacionados.
Efecto derrame
Al respecto, Daniel Diaz de Vivar, presidente de la Cámara Paraguaya de la Construcción (Capaco), destacó las cifras alcanzadas como registro histórico para el sector. El empresario detalló que el segmento fue uno de los más activos durante la pandemia justamente por la inyección pública para inversiones con alrededor de US$ 1.000 millones que se canalizaron para contrataciones, compras de maquinarias, insumos, etc. “Esto tiene un efecto derrame muy importante por la mano de obra que genera de manera directa e indirecta, por los servicios y productos que igualmente se benefician cuando una obra avanza”, afirmó Diaz de Vivar.
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El sector de la construcción ocupa a 290.000 ciudadanos de manera directa, que representa el 8,4% de la fuerza laboral, según datos del Instituto Nacional de Estadísticas (INE).
Además de los obreros que trabajan en forma directa, Diaz de Vivar resaltó que también se movilizan los que proveen comida, remedio yuyo, limpieza, etc. También indicó que la actividad de construcción ocupó a muchos ciudadanos que perdieron sus empleos durante la cuarentena, destacándose también la participación cada vez más activa de las mujeres en este rubro, como ingenieras, maestras de obra, administrativos, etc.
Atrasos y burocracia
Pese a la dinámica observada, el sector tropieza con algunas dificultades que restan la posibilidad de una mayor expansión inclusive. Diaz de Vivar mencionó que la burocracia de las gestiones en los entes públicos (Catastro y Registros Públicos) sigue siendo una dificultad, con algunas leves mejoras.
A esto se debe sumar el atraso del Estado con el pago a las contratistas. Según el empresario, hay deudas impagas por unos US$ 250 millones, que son recursos que nuevamente podrían seguir fluyendo en la economía para más inversiones, pero ahora están retenidos, cuestionó.