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La estatal despachó el lunes 3.360 bolsas y el martes ya vendió las últimas 3.500 bolsas que le quedaban, por lo que el miércoles último ya no entregó ni una bolsa de cemento a sus clientes, según documentos a los que accedió este diario.
En la planta de Villeta (Central), donde se encuentra el molino principal del cemento, la fábrica ya no tiene materia prima para producir y recién ahora están trasladando clínker de Vallemí (Concepción), donde está el horno que produce dicho insumo. Lo hacen en camiones y no en barcazas, lo que aumentará aún más el costo de producción.
Según el registro oficial, el miércoles llegaron 10 camiones con clínker a Villeta desde Vallemí, con solo 298 toneladas, pero la planta consume 1.800 toneladas de la materia prima en 24 horas. Con esa cantidad que llegó solo se puede despachar 5.000 bolsas, explicaron los técnicos de la empresa.
Pero más grave aún es que con el traslado en camiones de la materia prima, la INC está pagando el doble que el costo del transporte fluvial, porque alegan que no se puede navegar. Sin embargo, la bajante es un fenómeno cíclico y la estatal, en vez de prepararse para esta época con suficiente stock en sus silos, prefirió el contrato millonario del flete terrestre que ni siquiera le soluciona el problema. Al parecer, esto se volvió todo un “negocio” en los últimos años en la INC.
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LT SA, la más beneficiada
La más beneficiada con esta situación es la empresa Los Trigales SA (LT), representada por Omar Bustos, que fue adjudicada por la estatal para el servicio de flete terrestre de clínker.
En este caso, la cementera está pagando G. 212.571 por cada tonelada de clínker trasladado a Villeta desde Vallemí, que es un precio inflado, pues anteriormente le pagaba a la misma contratista G. 185.000 por cada tonelada, según los datos oficiales. El monto máximo de este contrato abierto es por G. 8.502 millones y cada año, esta empresa gana este tipo de contratos en la INC.
Mientras tanto, el envío de clínker en barcazas le cuesta solo G. 83.000 por tonelada a la INC, según los contratos vigentes que tiene la cementera. La INC actualmente tiene cuatro contratos con diferentes empresas del sector naviero, por un total de G. 43.977 millones, justamente para el traslado de clínker de la planta de Vallemí a Villeta por la vía natural que es la fluvial.
Estas firmas fueron contratadas a comienzos del 2020 y son: Consorcio Riopar - La Fluvial II, Flor Jara y Cia SRL, Marítima Continental Paraguay SA y Transfluvial Paraguay SA.
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No se puede navegar, alega la estatal
El presidente de la INC, Ernesto Benítez, señaló que se está trasladando clínker en camiones porque el río es innavegable por la bajante.
“El Río Paraguay ayer amaneció en -0,56 cm. Se superó ahora en septiembre la marca registrada en octubre del año pasado que fue de -0,54 cm. Aguas abajo del puente Remanso está muy complicado y aguas arriba está prácticamente innavegable. Algunas barcazas podrían navegar con muy poca carga pero aún así los remolcadores ya no pueden avanzar”, expresó
Mientras tanto, fuentes del sector naviero señalaron que el río es navegable con el 50% de la carga, pero esto no es una opción para la INC. “No es sólo la carga de la barcaza. Los remolcadores que tenemos registrados calan a más de 5 pies. Y eso significa que aún cuando la barcaza pase, el remolcador puede quedar varado”, expresó.
Siguió: “Es un riesgo muy grande. Algunos armadores están analizando subir con remolcadores pequeños, pero tampoco es seguro que se pueda. El río baja centímetros todos los días. El año pasado tuvimos la mala experiencia de que unas barcazas quedaron varadas durante meses en Concepción y otra que pudo bajar golpeándose y dejó entrar agua al compartimiento y se dañó la carga”.
Horacio Flor, uno de los contratistas de la INC para el transporte fluvial, dijo ayer que no se puede navegar por la extrema bajante. “Las barcazas son grandes y es un riesgo para las embarcaciones y para las cargas”, indicó.
Horno paró por “mantenimiento”
INC está en crisis de producción por la falta de materia prima, que se origina en el paro del horno de clínker de Vallemí, para mantenimiento. El proceso debía durar dos meses pero se extendió. Dijeron que debía realizarse el montaje del “ventilador tiro horno”, la pieza que faltaba, supuestamente, para completar la inversión de los US$ 80 millones provenientes de la colocación de bonos soberanos, que había recibido la INC durante el gobierno del expresidente Horacio Cartes, pero que hasta hoy no da resultados.
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Anuncian “una medida fuerte”
El titular de la Dirección General de Empresas Públicas, Elvio Brizuela, anunció ayer que desde octubre la Industria Nacional del Cemento (INC) tiene que mejorar sustancialmente sus finanzas o caso contrario, recomendarán “una medida fuerte” en la estatal.
Se le consultó en qué consistirá dicha medida y mencionó que eso debe definir el Consejo de empresas Públicas. A su vez, señaló que “la INC sigue pagando su deuda en tiempo y forma”, sobre todo la de los bonos, “conforme al plan de pagos acordado”. Sin embargo, no quiso remitir los datos respecto a las deudas que está acumulando la estatal, para cubrir sus compromisos y tampoco mencionó que el calendario original de pagos de aquella deuda de los bonos ya se modificó en años anteriores justamente por la falta de pago de INC. El titular de la empresa, Ernesto Benítez, tampoco remitió estos datos que fueron solicitados por este diario.
Millonaria pérdida y enorme deuda
La pérdida que arrastra la Industria Nacional del Cemento (INC) solo este año ya llega a G. 42.000 millones, justamente por la escasa producción de cemento. A dicha cifra se debe sumar un pasivo de G. 40.000 millones, que es la cifra equivalente a 1.098.122 bolsas de portland que la estatal debe a sus clientes por la venta anticipada de cemento, pero que no puede entregar actualmente por falta de producción. Es un dinero que ya cobró y por el que debe producto a los distribuidores de cemento.
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De acuerdo con las explicaciones dadas, este pasivo millonario es solo por la drástica disminución del despacho de cemento, sin tener en cuenta las deudas que tiene la cementera del Estado. En este sentido, tanto los obreros de la planta de Vallemí como la de Villeta califican al presidente de la firma, Ernesto Benítez, como “el peor administrador” en la historia de la cementera estatal.
Obreros de la INC también manifestaron que la INC está recurriendo a millonarias deudas en bancos locales para pagar salarios y a proveedores, porque ya no tiene recursos para cubrir los gastos de la empresa. Sobre este tema, Ernesto Benítez indicó: “Todos los créditos que tomamos del sistema financiero son para pago de materia prima y combustible, no para pago de salarios u otros compromisos”, pero no remite los documentos oficiales al respecto.
La INC debería estar produciendo y despachando al menos 90.000 bolsas de cemento por día, ya que esa fue la promesa para recibir hace cinco años los US$ 80 millones, para invertir en sus plantas de Vallemí y Villeta. Sin embargo, esto no ocurre y todo lo contrario, aumenta la queja de la poca producción.