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Destacan que esta reducción del consumo interno sería suficiente para abastecer a alrededor de 4.000 hogares. La factura se basa en el consumo promedio de una residencia, que es de 180 kWh / mes, según el Programa Nacional de Conservación de Energía.
Recuerdan que desde la creación de Cice, Itaipú pone en práctica varios proyectos para evitar el derroche de energía. Entre las medidas que adoptó, está el cambio en bombillas y lámparas, con una reducción promedio del 35% en el consumo de energía; cambios en los sistemas de alumbrado vial, sustituyendo las bombillas convencionales por luminarias LED, con una reducción del 62,5% de la potencia instalada, además de un aumento de la vida útil.
También se realizaron cambios en la planta de tratamiento de agua, con sustitución de bombas por modelos más eficientes; entre otras acciones, resaltan.
Además, los nuevos proyectos desarrollados por la empresa, como el Centro de Datos de la Superintendencia de Tecnología de la Información, también incorporaron conceptos de eficiencia energética, en línea con las estrategias adoptadas por Itaipú para el uso racional y eficiente de los recursos.
Los esfuerzos de Itaipú para reducir su propio consumo y el desperdicio de energía, actitudes que son aún más importantes frente a la crisis del agua que atraviesa el país, se remontan a mucho tiempo atrás. Desde su creación, Cice ha mantenido un programa constante de mejora de instalaciones y edificios, y de seguimiento de las actuaciones realizadas por las distintas áreas de la empresa.
Itaipú, lado brasileño, menciona que en 2001, cuando el país enfrentaba un racionamiento energético, se creó la Cámara de Gestión de Crisis de Energía Eléctrica (CME) con el propósito de proponer e implementar medidas de emergencia derivadas de la situación hidrológica del país.