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–Usted ya fue intendente de Caacupé el último período. ¿Qué le induce a postularse de nuevo?
–Es cierto. Asumí en el 2015 a los 33 años. Fui el primer intendente liberal de Caacupé. Ahora tengo 39. Soy de profesión contador. Fui auditor de la Contraloría. Estuve en el MOPC como director de Planificación Política y Proyectos y estuve también en Senasa en la misma función. Me sirvió muchísimo esta experiencia para planificar y ordenar la administración del municipio. Conseguimos triplicar los ingresos del municipio. De G. 5.000 millones que recaudaba el último intendente colorado pasamos a recaudar G. 14.000 millones al mes. Asumimos con un patrimonio de G. 16.000 millones. Entregué la Municipalidad el 7 de julio con un patrimonio de G. 46.000 millones. Son G. 30.000 millones aproximadamente lo que subió el patrimonio durante nuestra administración. Me entregaron la Municipalidad con una deuda de G. 4.500 millones.
–¿A qué se atribuye esa diferencia tan grande?
–Al triplicar los ingresos nos dio la posibilidad de generar mayor inversión en obras públicas.
–¿Dónde está el milagro?
–Porque había empresarios que no pagaban sus tributos. No estaban acostumbrados. Nosotros les exigimos. Las empresas loteadoras que nunca pagaban comenzaron a hacerlo. Hay gente que no pagaba desde el año 1993. Eso hizo que inmediatamente nuestros ingresos se disparen. Por eso pudimos hacer tantas obras.
–¿Por qué no pagaban?
–Porque no se les exigía, o porque eran “amigos”, o porque “palmaron” la campaña (colorada), por distintas situaciones. La gente está harta de tanto desorden y promiscuidad en el municipio. Para este período que viene, los electores tendrán de nuevo la posibilidad de elegir entre dos modelos. Los dos estuvimos en el Gobierno. La gente puede comparar y ver las obras que cada uno hizo en Caacupé.
–¿Quiénes eran privilegiados?
–Muchos. Si no se exige, no se paga. La cultura del pago no existía. Esa cultura cambió con nuestra administración. Les hicimos juicio a grandes loteadoras. Les hemos ganado. La reingeniería financiera que hicimos cuando asumí en el 2015 fue fundamental para abarcar mucho más y tener un control de lo que es nuestro espacio dentro de la ciudad. Identificamos a los que no pagaban y llegamos a ellos con notificaciones. A los que no nos hicieron caso, los demandamos.
–Mucha gente molesta seguro...
–Nuestros rivales nos atacan, mienten alegremente sin pudor, nos amedrentan hasta desde un sector de la prensa. Me dedicaron todo un programa televisivo en los medios cartistas. Los ataques calmaron un poco esta semana. Vi que ahora se le fueron encima a Miguel Prieto (de Ciudad del Este) y me dejaron un poco libre ahora. Mi rival colorado (Rubén Darío Echeverría Villasboa) habla de corrupción, pero no puede contra la evidencia: que de G. 5.000 millones que recaudaban ellos nosotros pasamos tres veces más por mes en plena pandemia, con tendencia a aumentar. Tuvimos un resultado que ellos no pudieron hacer en seis administraciones juntas.
–¿Quiénes manejaban?
–Eran familias coloradas. Estuvo en su momento el senador (Julio “Pichín”) Quiñónez, el que orquestaba todo en la ciudad. Les ganamos en el 2015. Nos tocó la pandemia desgraciadamente y no pudimos hacer todo lo que nos propusimos. Queremos terminar lo que hemos iniciado. Por eso me presento de vuelta para los próximos cuatro años...
–¿Qué hicieron?
–Caacupé tiene el primer polideportivo municipal que se construyó en mi administración. Hemos unificado totalmente las veredas sobre la avenida 8 de Diciembre. Fuimos los únicos a nivel país que hemos adquirido respiradores de alto flujo para el hospital regional en plena pandemia. Hemos redireccionado los fondos hacia el hospital. Hemos adquirido maquinarias: motoniveladora, retroexcavadora, camiones volquetes 0 km., camiones recolectores de basura. La municipalidad no tenía. Somos el único municipio que tiene su relleno sanitario. Su sistema de recolección de basura es administrado por la municipalidad. No es tercerizado. La utilidad que genera ese rubro es invertido de vuelta en la ciudad. Administramos, cobramos y generamos ingresos gracias a eso. El plan ahora es construir el primer hospital maternoinfantil. Las madres tuvieron que migrar a Altos y Eusebio Ayala porque la atención del covid-19 se centró en el hospital regional. Por otro lado, vamos a tener una planta asfáltica móvil. Eso va a ahorrar 60% el costo de los asfaltados. Se va a construir un local propio para el Instituto Municipal de Arte. Queremos construir 100 kilómetros de empedrado. El otro sueño es construir el estadio municipal sin costo para los contribuyentes.
–¿Cómo es eso?
–Hicimos un trueque con Essap. Obtuvimos un predio de 20 hectáreas. Queremos destinar una parte para el estadio y lotear el resto para financiar la construcción.
–Debe ser por el fin de las restricciones por la pandemia...
–La gente está viniendo ahora para cumplir su promesa. El sector privado se encarga del movimiento y el municipio se beneficia con el pago que hace el sector privado de sus tributos. Si vende bien, paga sin problemas. La peregrinación genera ingresos muy importantes.
–La gente últimamente no distingue ya los colores y prefiere votar directamente a los candidatos en las grandes ciudades. Eso pasó en Ciudad del Este (con Prieto, independiente), en Encarnación (Luis Id, de Patria Querida), en Villa Elisa (Ricardo Estigarribia) un liberal...
–Totalmente de acuerdo. En el caso Caacupé, los electores tienen la claridad de apostar a lo que fue mi gestión y la diferencia con lo que fue la gestión colorada.
–¿Cómo explica usted la cantidad de denuncias de corrupción que se producen contra intendentes y concejales en los distritos del país? ¿Es tan fácil desviar el dinero público en las municipalidades?
–Mire. Le hablo como un experimentado en control de dinero público. Si se tuviera sobre el Gobierno central el mismo control que se impone sobre las municipalidades, la corrupción sería mucho menor a nivel país.
–¿Porqué dice eso?
–Al administrador municipal le viene la auditoría del Poder Ejecutivo; la Contraloría monitorea el uso de los royalties y de Fonacide. Por eso es que se detectan rápidamente las irregularidades. Si un intendente dice que construyó una escuela y no está la escuela, automáticamente salta en el control. Intendente que haga eso enseguida es identificado. Existen controles que son difíciles de vulnerar. Yo creo que, al contrario, los controles que se ejercen sobre las municipalidades deben tomarse como ejemplo y llevar al MOPC, al MEC, a otras instituciones del Ejecutivo y de los otros poderes del Estado, con el mismo seguimiento y monitoreo. Eso va a permitir en gran medida reducir los hechos de corrupción en nuestro país. Estoy seguro.
–De ahí que hay tantas intervenciones entonces...
–Es por el estricto control que hay. Nunca nomás se le dio el enfoque del beneficio que produce de ese lado. Es un control cruzado muy positivo. No sé por qué no se ha tomado esta experiencia para llevarla hacia las instituciones del Gobierno central que manejan miles de millones de dólares y no G. 14.000 millones como lo que recaudamos nosotros.
–¿Cómo le ve al PLRA?
–Está muy dividido. Hay dos grupos enfrascados en la campaña para el 2023 olvidando lo que es el 2021. Nos han dejado a los candidatos a intendente totalmente en el olvido. Cada uno lucha en su distrito en base a su capacidad, a su potencial como líder distrital. No existe ningún tipo de apoyo desde el partido. Lo único que escuchamos son dimes y diretes entre dos grupos. El único efecto que producen es desprestigiar y desprestigiar al partido. Al final, la imagen del partido somos nosotros. Ellos están lejos de los ideales por los cuales uno ha tomado la posta o ha decidido afiliarse.
–¿Eso tiene responsables?
–Blas Llano y Efraín Alegre son los que han generado la división histórica del partido. Están enfrascados en una lucha que ya lleva años y que no tiene visos de solución. Yo no sé cuándo esto va a terminar. Yo apostaría a que en algún momento se pueda refundar el partido con gente nueva.