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Bajo el argumento de que con lo que ganan diariamente no alcanza, la vocera del grupo Cira Novara reitera la necesidad que atraviesan. Muchos de los que en la peor etapa de la pandemia comían de estas ollas hoy siguen dependiendo de estas por los bajos ingresos económicos que poseen.
Citó que la mayoría trabaja de vendedores ambulantes, de recicladores o de albañiles. Afirman que las personas beneficiadas no son “haraganas”. La carpa está a metros del Panteón Nacional de los Héroes.
Novara comentó las peripecias que están atravesando. De lo que ella tiene información certera es que más de 100 ollas populares se quedaron sin recursos. Dijo que en realidad el total es de más de 400 grupos que en un principio recibían asistencia estatal con los insumos necesarios para la cocción.
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Como referencia manifestó que con 100 ollas se logró alimentar a 20.000 personas aproximadamente. Si se le agregan 400 ollas más la cifra de alimentados llegaría fácilmente a cincuenta u ochenta mil comensales.
La situación se les está volviendo complicada pues la última entrega de la Secretaría de Emergencia Nacional fue en el mes de julio. Novara expresó que otras ollas buscan donaciones, hacen actividades y en casos ya no llegan ni a 100 platos por día. Una de las manifestantes contó que están haciendo medialunas para luego venderlas y así solventar gastos. Seguirán en vigilia y anuncian marchas.
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Un llamado al Legislativo y al Ejecutivo
La representante de esta Red relató que estaban esperanzados con la Ley de Consolidación Económica y Contención Social que tenía previsto US$ 5 millones para las ollas. Alegan además que los precios de la canasta básica familiar subieron mucho y que eso afecta sus bolsillos.
Recordó que los diputados sancionaron eliminar ese monto, y ahora exigen que el presidente Mario Abdo la vete y que la normativa vuelva a Senadores para conseguir el rubro. Si todo sale como lo planean para el 2022 proyectan convertir las ollas en comedores con apoyo del Ministerio de Desarrollo Social.
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